El negocio de los coches viejos en los talleres marquistas
Con un parque tan envejecido como el español y un cliente cada menos fiel a la posventa de la marca una vez finalizado el período de garantía, los constructores de vehículos están poniendo el foco en los coches de más antigüedad, segmento tradicionalmente atendido por los talleres multimarca. La batalla se augura encarnizada.
La edad media del parque español de turismos alcanza ya los 11,5 años, según Anfac, aunque la consultora Gipa la rebaja a los 10,2. Además, el 53% de nuestros coches tiene ya más de once años, un dato de por sí alarmante por su repercusión negativa en la seguridad vial y la preservación del medio ambiente. La materia prima que nutre los negocios de los talleres ha condicionado siempre la estrategia y las pautas de actuación de todos los actores de este mercado. Ahora, con más motivo, ya que la antigüedad de nuestros vehículos ha alterado la fórmula de coche nuevo=taller de concesionario y coche viejo=taller multimarca, cuando de repararlo se trata.
Los departamentos de Posventa de las marcas están intensificando sus esfuerzos para ganar cuota de mercado con las intervenciones en los coches de más edad, feudo habitual del canal independiente, y de menor atractivo (hasta ahora) para los constructores. Lo seguirán haciendo con la flexibilización en sus ofertas de taller, adaptadas según la edad del coche, el ajuste de los precios de su recambio frente a la competencia mutimarca y una indisimulada agresividad comercial en operaciones de mantenimiento y productos de máxima rotación.
Con estas acciones pretenden reconducir un porcentaje amplio de clientes a sus talleres oficiales, cuya actividad se ha visto muy afectada por la crisis general y la reducción de los puntos de servicio marquista producido por el cierre de concesionarios y la pérdida de centros de sus redes de talleres autorizados, algunos de ellos transformados en eficientes y rentables talleres independientes. Que se lo pregunten a algunas redes multimarca, que han encontrado un singular cantera de candidatos entre las bajas marquistas.
La multimarca de las marcas
No obstante, si no consiguen animar a los propietarios de esos coches de más edad a su red oficial, a los constructores de vehículos siempre les queda el recurso de montar e impulsar sus propios proyectos multimarca, sobre todo en el caso de las marcas generalistas. Y a ello se están aplicando cada vez con más notoriedad.
Talleres Motrio, con previsión de superar los 200 centros en 2016, o Euro Repar Car Service, fruto de la reciente ‘unión’ de Eurorepar y Motaquip Car Service (cerca de 600 integrantes), encarnan, a través de su respectivas marcas promotoras (Renault en el caso de Motrio y Citroën y Peugeot en el de Euro Repar), esa aspiración de convertirse en partícipes principales en el mantenimiento y reparación de ese parque al que no le echaban cuentas en los tiempos de bonanza económica y matriculaciones desbocadas.
Por otra parte, Ford ha recuperado su enseña Motorcraft (popularizada con las campañas publicitarias protagonizadas por Antonio Lobato para las operaciones de mantenimiento en la red de la marca del óvalo) para poner en marcha también su cadena multimarca.
En todas esas iniciativas al usuario le costará identificar a las marcas que las sustentan. No es casualidad. Motrio, Euro Repar o Motorcaft contribuirán sin duda a mejorar la cuenta de resultados, a través de la venta de la venta de recambios, de Renault, Peugeot-Citroën y Ford, pero sin que el conductor se entere, o le cueste percibirlo. De paso, estas marcas encuentran en los talleres independientes (su competencia, pero al mismo tiempo un cliente muy importante para los concesionarios en la venta externa de piezas) a los candidatos para nutrir sus filas, haciéndoles más fieles a sus propuestas.