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Trasgu Motor, el sueño asturiano de un madrileño, ganador del premio Safe Side de Valeo de los Manuales de Infocap

Este taller ubicado en Lugones, a diez kilómetros de Oviedo, pasa a engrosar la lista de ganadores de los Manuales de Infocap.

David Sánchez, propietario de Trasgu Motor, posa con el regalo de Valeo.
David Sánchez, propietario de Trasgu Motor, posa con el regalo de Valeo.

"Asturias me enamoró en unas vacaciones de verano y hasta hoy, me lancé a la aventura hace algo más de cuatro años dejando Madrid y mi vida hasta entonces allí y estoy en-cantado de haber dado el paso de haberme venido: el clima, la gente, la comida… Tengo mi taller, me tuve que trasladar incluso a uno más grande, porque están funcionando las cosas… No me arrepiento nada de aquella decisión”. El que habla es David Sánchez, propietario de Trasgu Motor, un taller enclavado en el corazón del Principado, concretamente en Lugones, a un puñado de kilómetros (diez), de Oviedo, y que acaba de alzarse como ganador del premio Safe Side de Valeo. ¿La recompensa? Un detector de ángulos muertos al que ya piensa como darle utilidad.

“He pensado en montarlo en alguno de nuestros coches personales para mostrárselo a los clientes cuando vengan y lo puedan probar en primera persona, creo que para ciertos coches ya con determinados años y que no lo lleven incorporado en su equipamiento, puede ser muy útil, porque todo lo que sea sistemas de seguridad le viene bien a cualquier vehículo”, valora aún sorprendido con el premio, porque suele “participar y enviar algunos concursos” que ve, pero “ya pensaba que, éste en concreto, con el transcurrir del tiempo, no iba a tocar”, reconoce.

Exterior de Trasgu Motor, después del traslado a Lugones.
Exterior de Trasgu Motor, después del traslado a Lugones.

“Trucando” motos para empezar

La historia de David Sánchez tiene como Alfa aquel adolescente imberbe que empezó a “desmontar algún coche en casa, pero, sobre todo, motos de 50 cc. para trucarlas con los amigos”. Luego pasé un tiempo a caballo entre dos trabajos, media jornada en uno de motos y otra media, por la tarde, en un taller multimarca”, recuerda con cariño esa bisoña primera experiencia.

Enseguida, salió una oferta más jugosa y empezó en un taller en Madrid, en Méndez Álvaro: “Allí estuve alrededor de 12 años, pero terminé muy quemado, porque vivo en Villalba y hacer ciento y pico kilómetros todos los días para ir a trabajar… Pasa factura, pero ahí tuve mi primer contacto con el tema del autogas, que es lo que más me gusta de la profesión”, destaca tratando de sacar una lectura positiva.

Sin embargo, entonces, llegaron aquellas vacaciones en Asturias que cambiaron todo. “Me atrapó esta tierra, fue un flechazo instantáneo y decidí romper un poco con esas palizas de kilómetros diarias, me lo tomé como un nuevo comienzo y me instalé en Oviedo, en un taller más humilde, que pronto se quedó pequeño y surgió la posibilidad de coger este en Lugones, que está cerca y estoy muy contento de haber dado el paso”.

El interior del taller, a rebosar de coches.
El interior del taller, a rebosar de coches.

El autogas, lo que más le atrae

El taller es un negocio multimarca en el que hay cabida para “electromecánica, instalación de aires acondicionados, chapa y pintura, pero lo que más está creciendo es el autogas”. “Es lo que más atrae del sector, con lo que más disfruto y percibo una demanda mayor, ahora mismo, tengo tres instalaciones completas para realizar”, explica reconociendo que, “por supuesto, manda la oferta y la demanda, pero me gustaría encaminar más el taller hacia esta vertiente, mi ideal sería 70% para el autogas y un 30% para el resto”.

Y es que David Sánchez tiene clara la hoja de ruta para Trasgu Motor, un negocio en el que trabaja “en solitario”. “Alguna vez viene mi mujer a echarme una mano y me coge las llamadas, pero estoy sólo y eso se traduce en echar muchísimas horas, porque cuando echo el cierre a las seis de la tarde, me quedo dentro con la parte más administrativa: facturas, presupuestos, papeleo…, pero estoy encantado, porque es mi negocio, mi sitio y haciendo lo que quiero”, concluye. Ya saben, “taller con gusto, no pica”.

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