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La reparación interminable: una acádemica de Oxford esperó once años para que le arreglaran su Porsche 911

El mecánico, que solicitó casi 11.000 euros para reparar el vehículo, deberá indemnizar a su cliente más longeva con 136.120 euros.

El Porsche 911, que permaneció durante 11 años en un taller esperando a terminar de ser reparado.
El Porsche 911, que permaneció durante 11 años en un taller esperando a terminar de ser reparado.

Esta historia nos remonta a 2008. Por aquel entonces, la investigadora de la universidad de Oxford Penélope Horlick decidió darse un capricho y comprarse un Porsche 911, un modelo de 1997, toda una rareza, pues es de los últimos modelos fabricados con un motor refrigerado por aire. Según el atestado, la académica lo usó esporádicamente para ir al trabajo o recoger a su hija y, uno de esos días, allá por 2010, tuvo un accidente leve en los bajos que provocó una fuga de aceite, que obligó a llevarlo al taller. Lo que nunca pensó Horlick es que tardaría ¡11 años! en recibir su vehículo reparado. Ahora, hace unos días, el juicio en Londres ha determinado que el mecánico de dicho taller deberá indemnizar con 136.120 euros a la conductora, según ha informado el DailyMail británico.

Y es que, al día siguiente del accidente, cuando Horlick fue a coger el deportivo alemán no arrancaba. Así, se puso manos a la obra para encontrar taller y contactó con el ingeniero Jagjiwan Jhally -JJ Engineering, el nombre de su establecimiento en Beckenham (Inglaterra)-, cuando tomó la decisión de llevarle el vehículo, jamás pensó que comenzaba un vía crucis de más de una década. 

El mecánico se comprometió a tener listo el Porsche para ese mismo 2008... El problema es que terminó afirmando lo mismo en 2012 y en 2016. Y nunca volvió a estar el volante del deportivo a cargo de esta académica, especializada en estudios sobre el Paleolítico medio y los neandertales

"Vuelva usted mañana..."

Como si fuera el mítico y genial artículo de Larra, cada vez que Horlick acudía al taller en busca de una solución o una respuesta positiva que informara del progreso en la reparación, el mecánico sostenía que las reparaciones estaban casi completas, pero según la investigadora nunca recibía detalles sobre las mismas.

Su abogado reclamaba que un año era tiempo suficiente para culminar las reparaciones, pero, pese a ello, la académica accedió a extender el plazo estimado y el mecánico fue más allá: empezó a solicitar dinero, unas 9.000 libras -casi 11.000 euros- le cobró asegurando que había que reconstruir el motor. 

La sorpresa llegó cuando, desesperada, en 2016, le pidió que le devolviera su Porsche para llevarlo a otro taller y le avisó que iba a emprender acciones legales en su contra. Ni corto ni perezoso, el ingeniero le advirtió que debía pagar una cifra desorbitada por haberlo mantenido a buen recaudo en su garaje durante años. Incluso amenazó con la propiedad del vehículo si no le pegaba lo solicitado. La última vuelta de tuerca fue en 2022. Este peculiar mecánico llamado Jhally desmontó el motor, la caja de cambios y varias piezas más antes de dejarle la carrocería y el resto del automóvil deportivo tirado a pocos metros cerca de la casa de la propietaria. 

Pues bien, en los primeros días de octubre ha llegado la sentencia, que aún no es definitiva, tras un juicio de tres días celebrado en el Tribunal del Condado del Centro de Londres: el juez falló en favor de la académica alegando, entre otras infracciones, incumplimiento del contrato y el mecánico deberá indemnizarla con 114.000 libras, un total de 136.120 euros. Una resolución que, además de con alivio, la académica reconoce haber recibido con "orgullo y alegría".

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