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Cuáles son las averías más usuales en la transmisión

Llevar a cabo un correcto mantenimiento del sistema evitará fallos mayores.

Redacción Infotaller

17 de junio 2019 - 16:35

La transmisión está experimentando importantes cambios actualmente
Es importante cambiar el aceite de la transmisión cada 50.000 kilómetros / Redacción Infotaller

El sistema de transmisión es uno de los elementos más fuertes de un vehículo. No se suele averiar con normalidad, sin embargo, no está exento de peligro, sobre todo si no se lleva a cabo un correcto mantenimiento.

Los defectos que pueden surgir en la transmisión, la mayor parte de las veces proceden de fallos en otros sistemas del vehículo, según explican desde Ro-Des. Por ejemplo, un uso excesivo del embrague, que causará un severo desgaste de los rodamientos; o un fallo en el sistema de refrigeración, que sobrecalentará el sistema de transmisión.

El profesional mecánico debe revisar los diferentes componentes de la pieza, prestando atención a su buen estado para evitar averías mayores. Lo principal es cambiar el aceite de la transmisión cuando lo indique el fabricante, aunque lo más normal es hacerlo cada 50.000 kilómetros para no causar males mayores.

Averías más usuales

Uno de los elementos al que más atención hay que prestarle es el guardapolvo de cada una de las ruedas. Si al girar, se percibe algún tipo de ruido metálico lo más probable es que el anclaje tenga más holgura, por lo que la junta estará desgastada o poco engrasada.

Otro de los fallos más conocidos es que el palier esté desequilibrado, lo cual se notará por la presencia de vibraciones cuando el vehículo se desplaza en línea recta. Desde Ro-Des recomiendan sustituir el bloque entero (palier más junta), una reparación cuyo coste ronda los 150 euros más unas dos horas de mano de obra.

Por otro lado, tanto si se dan zumbidos al detener o acelerar, o la estabilidad del sistema falla, lo más probable es que se deba a un problema con el diferencial. Normalmente será por un desgaste excesivo de los rodamientos o un desajuste en el diferencial.

En el caso de transmisiones manuales, mantener un correcto nivel de aceite de la caja de cambios es esencial para estirar la vida de la transmisión, por lo que se recomienda sustituirlo cada 25.000 kilómetros. En el caso de las automáticas, el buen estado de los neumáticos es clave ya que en caso de producirse ‘aquaplaning’ la transmisión puede llegar a sobrecalentarse.

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