Ventajas de los embragues electromagnéticos

El embrague electromagnético es uno de los grandes desconocidos en el mundo del motor, al menos en los sistemas de transmisión, donde pocos han sido los vehículos que han optado por este tipo de elemento, en favor del tradicional embrague mecánico.

Sin embargo, sus múltiples usos hacen que cada vez más los profesionales del taller se encuentren con la opción electromagnética en sus revisiones. Según explican desde el blog de Loctite, por el momento solo se encuentran en algunos modelos de transmisión AWD y en algunos nuevos modelos de vehículos como el Subaru WRX STi.

La principal razón es que su fabricación tiene un coste demasiado elevado para los fabricantes de embragues, a pesar de ser menos susceptibles al desgaste, gracias a que no tiene elementos de fricción.

Sin embargo, es un elemento muy conocido en los sistemas de climatización de los vehículos. Según Loctite, en estos casos, el embrague electromagnético, acoplado al compresor, permite que este se conecte y desconecte del sistema de aire acondicionado. Para regular la temperatura interior del habitáculo, el termostato conecta o desconecta el compresor a través del embrague electromagnético.

El gran beneficio de este tipo de componente es que se eliminan los ruidos derivados de la fricción de los componentes. Esto es gracias a que no posee elementos de empuje (forros) y, por lo tanto, el mantenimiento de sus elementos de desgaste es inferior. Por ello, estos sistemas generan una menor temperatura en su interior, por lo que disminuyen las dilataciones.

A pesar de ello, pueden sufrir determinadas averías, como tener un cable en mal estado o roto, que una fuga de aceite en algún componente periférico dañe el sistema e impida su correcto funcionamiento o que existan fallos del mismo inducidos por un defecto eléctrico.