Volantes bimasa, una reparación complicada
El volante motor es una de las averías que más horas de mano de obra suponen para el taller.
Los volantes de inercia o volantes bimasa, son uno de los elementos del motor de los vehículos diésel a los que el profesional mecánico debe prestar atención y que, para el cliente, suponen uno de los mayores desembolsos.
La misión de este elemento es la de absorber los golpes de las explosiones en los cilindros y, por lo tanto, reducir las vibraciones y mejorar la suavidad y el funcionamiento del motor del vehículo. Para ello, está formado por dos cilindros que se mueven a la vez y acompañan el movimiento del motor gracias a elementos elásticos. Son estas piezas elásticas las que se suelen desgastar causando las averías.
En estos casos, el profesional debe estar atento a las vibraciones (en el pedal del embrague), ya que puede indicar que se haya desgastado la zona elástica. Sin embargo, también puede ocurrir que su desaparición haya provocado que ambos discos se golpeen causando una avería más grande. En este caso se puede escuchar el sonido de los golpes con el motor en marcha.
Se trata de una de las reparaciones que más suelen costar al taller mecánico, ya que supone un alto número de horas de trabajo. Es necesario desacoplar la caja de cambios del motor para llegar hasta él.
Para el cliente también es una de las más caras. Según un informe de Autocasión del que se ha hecho eco el diario ABC, el precio medio de la reparación del volante bimasa ronda los 700 euros. Aunque dependiendo del modelo de vehículo puede incluso superarlos.
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