¿Qué síntomas avisan de que el volante bimasa está averiado?
Elctromecánica
Este dispositivo sufre un constante rozamiento y desgaste, por lo que debe revisarse con frecuencia.
El volante del motor es un elemento permite al vehículo almacenar la energía cinética, ofrece mayor inercia y la transmite a las ruedas; por ello, también se le llama volante de inercia. Dicha inercia es consecuencia de las explosiones del motor, que permiten que el giro sea continuo y que el automóvil no circule produciendo tirones.
Entre todos los tipos de volante de motor que existen, el volante bimasa o de masa dual (DMF, dual mass flywheel), según explica Mapfre en un post, está compuesto por dos piezas unidas al cigüeñal y a la transmisión del vehículo. Además, entre ambas hay un rodamiento de bolas y un muelle helicoidal.
Este, junto con los rodamientos, permite que las vibraciones del motor no se perciban en la caja de cambios y en el resto del coche. Además, recoge las vibraciones en dos puntos, lo cual reduce el ruido y la vibración de manera más eficaz.
El volante bimasa se encuentra junto al embrague, en un extremo del cigüeñal, ya que debe regular su giro. Aquí, este dispositivo sufre un constante rozamiento y desgaste, motivo por el que debe revisarse con frecuencia y mantenerlo en buenas condiciones.
Para ello, desde Mapfre aconsejan arrancar el coche pisando el embrague, con lo que el motor soportará menos peso y esfuerzo adicional. Además, es mejor no hacer cambios bruscos y levantar el pie suavemente para no dañar el volante o el motor.
Asimismo, cambiar a tiempo las marchas y no pasarse de revoluciones también permitirá que este elemento se conserve en mejores condiciones.
Por otro lado, una batería descargada o estropeada puede afectar al volante bimasa haciendo que el motor vaya más lento y que no genere energía suficiente, lo cual hará que aumente la holgura de este.
Uno de los síntomas para saber que el volante bimasa no está en buen estado son los ruidos del motor con el coche arrancado y parado en punto muerto al pisar el embrague o al parar el motor. Si se aprecian sonidos metálicos, puede que el embrague o el disco no funcionen correctamente. Si se mantiene al ralentí también se pueden escuchar sonidos metálicos procedentes del motor.
Las vibraciones en el embrague, la palanca de cambios o el asiento, si van acompañadas de los mencionados sonidos metálicos, son pistas de que el volante está dañado. En el caso de que se noten solo al iniciar la marcha y desaparecen cuando el vehículo está al ralentí, el volante sí está dañado pero aún no mucho. Por ello, es recomendable revisarlo cuanto antes. Las vibraciones también pueden surgir al apagar el motor o cuando las revoluciones del coche descienden más de lo normal.
Junto a todo ello, el paso de los años y el desgaste de los componentes hacen que aparezcan averías de este tipo, por lo que se deberá cambiar también el embrague.
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