Cómo se hace una soldadura en frío

La soldadura en frío es el proceso de unión de dos materiales en estado sólido sin que sea preciso fusionarlos mediante la aplicación de calor, y que se puede realizar tanto en metal como en materiales plásticos.

Algunas de las ventajas a resaltar de este tipo de soldadura son "la seguridad que ofrece a la hora de trabajar, el ahorro de tiempo, el mayor control sobre el acabado final, su sencilla forma de aplicación y la limpieza respecto a las piezas contiguas", según explica Loctite en un artículo de su blog.

En concreto, de acuerdo con los expertos de la marca, este proceso es "muy útil" para reparar carcasas metálicas, colectores, piezas desgastadas, bridas, errores de mecanizado, rellenar holguras o reconstruir piezas con un alto grado de rigidez.

En cuanto al proceso de trabajo a la hora de ejecutar una soldadura en frío, Loctite indica los siguientes pasos:

— Lijar la superficie.

— Retirar todos los restos de suciedad.

— Preparar el producto en una superficie plana y antiadherente, mezclando cuidadosamente los dos componentes.

— Aplicar el producto ( ejerciendo la mayor presión posible para rellenar huecos y holguras).

— Modelar.

— Lijar de nuevo.

Por otro lado, respecto a los productos recomendados dependiendo del material a soldar, los expertos sugieren, para metal: Teroson EP 5010 TR, como "mejor sustituto de la soldadura con masillas de estaño"; Loctite EA 3450 y Loctite EA 3479, para reparación mecánica, y Loctite EA 3463 para una reparación de emergencia (tapar fugas en tuberías, por ejemplo).

Finalmente, para los materiales plásticos proponen: Loctite 3090, que, además de unir superficies plásticas, permite rellenar holguras de hasta 5 mm, o bien Loctite EA 3430, un adhesivo epoxi especialmente indicado para unir piezas con grandes holguras entre sí.