Cómo aplicar correctamente el barniz en la carrocería de un vehículo
Antes de comenzar el proceso, deben tenerse en cuenta sistemas de secado y el contenido en sólidos.
El barniz o laca es un producto que no solo mejora la apariencia de la carrocería tras haberla pintado, sino que sella la superficie para preservar la capa de esmalte de color. Además, protege el metal con el que se fabrica la carrocería y frena las agresiones externas que sufre esta zona del vehículos (golpes, roces, lluvia, etc.).
Para que los profesionales puedan llevar a cabo una correcta aplicación, Loctite publica un post en su blog en el que indica que es importante conocer las características del barniz para preparar los fondos de forma adecuada y garantizar un buen acabado.
Con este objetivo, debe tenerse en cuenta el sistema de secado. Entre ellos, se encuentran los físicos, que suelen ser de un componente y están pensados para pequeños retoques. Los químicos son de dos componentes y se les añade un catalizador específico. Estos últimos ofrecen una capa de mayor grosor y un lijado menos fino.
También hay que contemplar el contenido en sólidos. A mayor contenido en sólidos, la capa de pintura seca es de mayor micraje, lo cual hace que disminuya el riesgo de que aparezcan rayas y marcas de lijado. Asimismo, se debe tener presente las particularidades de cada barniz, como la rapidez de secado o el tipo de acabado.
Otro aspecto que no se debe perder de vista es el hecho de no desengrasar la pieza antes de aplicar este producto y de dar el esmalte. Desengrasar la superficie con limpiadores específicos evita defectos de pintado como las siliconas (anomalías en forma de cráter), explican en el artículos los profesionales de Loctite. Tras el desengrasado hay que soplar con aire a presión y pasar un paño que recoja las motas de polvo.
Tampoco hay que perder de vista la mezcla. Si es monocomponente hay que agitarlo durante unos 2 minutos. Si es dos componentes, no es necesario agitarlo, pero sí realizar las proporciones indicadas por el fabricante, ya que una laca muy líquida tiende a descolgarse y si muy espesa aparece piel de naranja.
Por otro lado, a la hora de aplicar el barniz es necesario escoger la boquilla aplicadora adecuada para el patrón de pulverizado (en forma de abanico en superficies amplias y convencional para pequeños retoques).
Además, se debe aplicar a una distancia de unos 20 cm y dar varias pasadas cruzando las manos para una mayor uniformidad. Además, deben respetarse los tiempos de evaporación de los disolventes para evitar la aparición de hervidos (protuberancias con posibilidad de que aparezca una pequeña perforación en su zona central).
Para barnices dos componentes, la aplicación se lleva a cabo con una pistola aerográfica híbrida, preferiblemente, o HVLP con un pico de fluido de entre 1,2 y 1,4 mm y un manómetro de control de la presión de aire en la entrada.
Otros puntos que se deben tener en cuenta son: regular la presión de trabajo al tipo de pistola; regular el patrón de pulverizado o abanico y el caudal de pintura; barnizar los bordes y cantos; aplicar una primera mano suave y pulverizada sobre el panel; dar una segunda mano más cargada; iniciar la aplicación desde la parte superior de la pieza; la pistola siempre debe quedar perpendicular al plano de la pieza; en cada pasada, la mitad del abanico debe solaparse con la pasada anterior, y en pintados de más de una pieza, no hay que realizar los empalmes en zonas como manetas, cantos de pieza, etc.
En el caso de que se observen muchos defectos, se puede dejar que se evapore el disolvente y aplicar una tercera mano antes que sobrecargar la zona y provocar descuelgues o hervidos.
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