Cómo utilizar correctamente un decapante de pintura
Loctite explica en un post cuál es el proceso adecuado para utilizar este tipo de corrosivos en el taller.
Con el fin de poder eliminar la pintura de la zona que se haya dañado y que hay que reparar en un coche, se pueden utilizar diversos métodos abrasivos con distinta granulometría y poder de abrasión. Sin embargo, en ocasiones es necesario eliminar toda la pintura de la pieza, por lo que es necesario aplicar un decapante.
Este producto corrosivo, explica Loctite en un post en su blog, permite eliminar la capa de pintura que reviste una superficie y hace que se desprenda la película de pintura con poco esfuerzo.
Estas sustancias son de naturaleza ácida o alcalina, y cada una posee una determinada capacidad para remover la pintura y un determinado efecto sobre los sustratos a decapar.
Se pueden utilizar sobre metal, plástico, madera, acero inoxidable, superficies oxidadas, aunque debe escogerse un decapante específico para sustrato, recuerda el artículo. No obstante, existen decapantes universales y decapantes multifunción con agentes limpiadores y desengrasantes.
En el caso de los coches, se pueden adquirir en gel o pasta, aerosol y líquido. El primero se puede aplicar con pistola o brocha, y es adecuado para superficies verticales y de difícil acceso. En el caso del aerosol, se puede aplicar sin pistola o brocha. En cuanto a los líquidos, se pueden usar en frío o en caliente.
Asimismo, los profesionales de Loctite recuerdan que estos productos son tóxicos y corrosivos, por lo que es preciso respetar las medidas de seguridad indicadas para eliminar o minimizar los riesgos para la salud.
Su uso no es una práctica frecuente, ya que pueden dañar otros elementos del automóvil. Por ello, solo se emplean en casos muy concretos: restaurar vehículos con pinturas muy dañadas, envejecidas o de naturaleza incompatible con las pinturas actuales; arreglar piezas que presentan óxido escondido por toda su superficie, por debajo de la capa de pintura; limpieza de componentes del taller, y eliminar restos de juntas de motor y adhesivos.
Tras escoger el decapante más adecuado, según el material que se va a tratar, se elige brocha o pistola para aplicarlo. A continuación, se enmascara o desmonta cualquier elemento que se pueda ver dañado y se toman las medidas de seguridad necesarias para usarlo (guantes, gafas o pantalla de seguridad, mascarilla con filtros químicos y peto de trabajo). Es importante que no se aplique a pleno sol y que la zona esté ventilada.
El post señala que se puede lijar la superficie para potenciar el efecto del decapante. Además, es importante mover el producto para que todos sus compuestos se mezclen correctamente y aplicar una generosa capa. Toda la superficie a decapar debe estar cubierta.
Una vez se deja el tiempo de reposo indicado por el fabricante, se elimina la pintura removida con la ayuda de una espátula, un estropajo o un chorro de agua a presión.
Si quedan zonas sin decapar, se repite el proceso hasta su total eliminación. Después se aclara, seca y desengrasa la superficie decapada para eliminar cualquier resto y se repinta la pieza siguiendo los procesos de preparación y embellecimiento necesarios.
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