Un taller de y para mujeres
Girls Auto Clinic, situado en Filadelfia, cuenta con mayoría femenina en el personal y en la clientela.
Pese a que la sociedad ha avanzado en este aspecto en las últimas décadas, todavía hay tareas que siguen considerándose sobre todo masculinas. Es el caso de llevar el coche al taller. Cada día hay más mujeres conductoras y amantes de los automóviles, pero cuando hay una avería se tiende a pensar, de forma un tanto arcaica, que la reparación es cosa de hombres.
Quizá por eso, y en respuesta a ese creciente número de conductoras, están surgiendo negocios de reparación y posventa gestionados por mujeres, algunos de los cuales se dirigen específicamente a ese target femenino.
Es el caso de Girls Auto Clinic, un taller abierto hace tres años en Filadelfia por Patricia Banks, una ingeniera harta de enfrentarse al desconocimiento a la hora de llevar su coche a reparar. Banks se decidió a aprender mecánica para saber qué le pasaba exactamente a su automóvil y qué tenían que hacer los mecánicos de su taller. En el proceso, se dio cuenta de que muchas mujeres se encontraban en la misma situación y se lanzó a abrir su propio centro de reparaciones."Vi una enorme oportunidad de negocio en la brecha de género de la industria del automóvil", explicaba en el Washington Post.
Y el negocio está siendo un éxito. Según La Vanguardia, cuenta con nueve empleadas -a las que llama, en un curioso juego de palabras, "she-can-ics"-, el 75% de su clientela son mujeres y está trabajando para lanzar una cadena de franquicias por todo Estados Unidos.
El hecho de que una mujer sea atendida por otra mujer genera una corriente de confianza, a la que también ayuda la ausencia de pósters de mujeres semidesnudas en las paredes. Y, en busca de cubrir otros intereses de algunas de sus clientas, Girls Auto Clinic ha incorporado un salón de belleza para aprovechar el tiempo mientras les arreglan el coche, cortándose el pelo o haciéndose la manicura.
El de Girls Auto Clinic no es el único caso de éxito de talleres propiedad de mujeres. En Burkina Faso, un grupo de mujeres halló una segunda oportunidad profesional en una escuela de mecánica que les capacitó para abrir su propio taller. Su historia se narra en el documental Ouaga girls de Theresa Traore Dahlberg.
De vuelta a EEUU, también destaca el caso de Bogi Lateiner, dueña de un taller mecánico que ha aprovechado las posibilidades de las redes sociales para promocionar su valía profesional y ganar una sólida clientela. Lateiner, estrella del programa Velocity’s All Girls Garage, ha puesto en marcha un proyecto dirigido a elevar la reputación de las mujeres como profesionales del automóvil
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