Modelos de gestión de stock para recambistas
El objetivo, según Loctite, es garantizar un servicio de calidad, minimizar los costes y ser más eficientes.
La gestión del stock es una de las tareas clave que tienen que realizar los recambistas y de las que más influencia tiene en la rentabilidad de la empresa. Por ello, Loctite ha publicado un post en su blog en que apunta los puntos fundamentales para realizar con éxito esta tarea y “garantizar un servicio de calidad, minimizar los costes de los pedidos y ser más eficientes”, explica.
El post explica que la gestión de stock permite conocer la cantidad de existencias de un producto y asignar su ubicación, haciendo posible su trazabilidad y controlando el movimiento de entradas y salidas del almacén. En la actualidad, este proceso se realiza habitualmente con ayuda de software informático, que agiliza la gestión y evita errores.
En cuanto a los objetivos que debe perseguir la gestión de stock, el post destaca:
- Ajustar el nivel de stock a las previsiones de demanda.
- Asegurar un buen nivel de servicio evitando roturas de stock.
- Asegurar que el stock es óptimo para que los costes de almacenaje sean los mínimos posibles sin que el nivel de servicio se vea comprometido.
- Controlar el consumo de recambios, evitando que queden obsoletos.
Para realizar este control, Loctite apunta que es recomendable utilizar métodos de movimiento de mercancías, como el FIFO o el LIFO, entre otros.
Método FIFO
“First in, first out”. La mercancía que primero entre en el almacén es la primera en salir. Este método está enfocado a productos perecederos (por ejemplo: baterías, AdBlue, líquido antipinchazos, etc.). Sin embargo, su utilidad se puede extender a todo tipo de productos, ya que es la forma más natural de rotación de stock.
Método LIFO
“Last in, first out”. La mercancía que llega la última es la primera en salir del almacén. Este sistema de movimiento de mercancías se utiliza cuando no se trabaja con productos perecederos, ya que permite controlar los impuestos fiscales cuando los precios de los productos crecen constantemente. En estos casos, este procedimiento garantiza un coste optimizado en las operaciones de venta.
Modelos más extendidos de gestión de stock
Modelo Wilson. Consiste en asegurar un precio fijo de compra. El volumen de compra no influye en el precio de adquisición. No obstante, es conveniente pedir el máximo volumen posible para minimizar costes de transporte.
Modelo ABC. Clasifica la mercancía en tres tipos de producto:
“A”: productos de valor elevado cuyo stock debe ser muy ajustado.
“B”: productos con un valor medio a los que se puede asignar un stock más amplio.
“C”: productos de menor valor cuyo volumen de stock no es tan impactante económicamente para la empresa, por lo que puede acumularse más producto.
Modelo Just in Time o Stock cero. Consiste en disponer del mínimo volumen posible de mercancía, de modo que la empresa adquiere los productos casi en función de las necesidades inmediatas y/o previstas. El post recuerda que este método pone en riesgo la posibilidad de hacer frente a pedidos extraordinarios.
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