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Criterios para la elección de un compresor de aire comprimido

Es importante valorar el tipo de trabajo y la frecuencia de uso, según Loctite.

Redacción Infotaller

30 de julio 2018 - 12:26

Compresor de pistón. Imagen: Altas Copco
Compresor de pistón. Imagen: Altas Copco / Redacción Infotaller

Un compresor de aire comprimido es una herramienta muy útil en determinadas actividades del taller, ya que elimina la necesidad de disponer de suministro eléctrico para hacer funcionar las máquinas. Loctite ha elaborado un post en su blog en que aporta una serie de claves para escoger el más adecuado.

Las principales ventajas que destaca el artículo sobre estas herramientas es que son más duraderas, menos sensibles a la humedad y preparadas para trabajos propios del sector del automóvil como la aplicación de pinturas, el lijado de superficies, el soplado de las carrocerías, o el accionamiento de multitud de herramientas utilizadas en carrocería y en mecánica.

En cuanto a su tipología, existen dos grandes clases:

  1. Compresores de desplazamiento positivo: son los más utilizados. Pueden ser de pistón, de tornillo (ambos con o sin lubricación), de paletas, de velocidad variable, de media o alta presión, de tipo scroll o los generadores de nitrógeno.
  2. Compresores dinámicos. Se dividen en los de tecnología centrífuga radial, y los centrífugos axiales.

CRITERIOS BÁSICOS PARA LA ELECCIÓN

El post señala que los criterios básicos para determinar el compresor que más se ajusta a unas necesidades concretas pasan por valorar el tipo de trabajo y uso que se le va a dar (ocasional o frecuente).

Las características técnicas son también fundamentales:

  • El caudal de aire que es capaz de suministrar. Se mide generalmente en litros minuto (l/min o l/1’), aunque también en pies cúbico por minuto (PCM O CFM) o m3/min.
  • La presión de aire que es capaz de aportar, medida en bar o Psi (libras por pulgada cuadrada).
  • La potencia que posee, representada en caballos de fuerza (HP), en caballos de vapor (CV) o en kilovatios (KW).
  • La capacidad de almacenamiento del calderín o tanque, calculada en litros que puede almacenar.
  • El tipo de arranque que presenta (arranque directo o de tipo estrella triángulo). Este último tipo de arranque es el más recomendable, porque reduce los picos de intensidad propios de los motores al iniciar su funcionamiento y, por tanto, los elevados consumos eléctricos en esta fase. Para ello, esta tecnología posibilita un arranque inicial con un menor voltaje, para que, una vez ha adquirido ciertas revoluciones, el voltaje ofrecido se incremente hasta llegar a su valor nominal de funcionamiento.
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