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NRF rompe moldes en operativa logística con su almacén de Catarroja (Valencia)

Su segundo centro de distribución más grande de Europa, abierto en enero de 2024, ocupa unas instalaciones de 13.000 metros cuadrados de superficie. Aspira a convertirse en referente del sector del recambio. Infotaller lo visita, descubre su potencial y conoce los planes del fabricante para optimizar aún más todos estos procesos logísticos, básicos para sus ambiciosos proyectos de expansión.

Acceso y fachada exterior principal del almacén de NRF en Catarroja (Valencia).
Acceso y fachada exterior principal del almacén de NRF en Catarroja (Valencia).

NRF persigue la excelencia en la operativa logística para llevar sus productos al mercado del recambio. Y tiene un plan para lograrlo, cuya cara visible y más cercana es su almacén de Catarroja (Valencia), en funcionamiento desde enero de este año 2024. Con el rodaje inicial de la instalación ya completado, Infotaller tuvo ocasión de conocerlo en una visita programada en compañía del equipo directivo, comercial y de marketing de su filial ibérica. No pudo compartir este encuentro a última hora Manuel Garrido, su director de Desarrollo de Negocio, por motivos de índole estrictamente personal.

Ubicado cerca del área del Puerto de Valencia, enclave estratégico para el movimiento de mercancías a través de contenedores, y en plena vía de servicio de la autovía de salida de la ciudad del Turia en dirección sur, las instalaciones de NRF destacan exteriormente, a primera vista, por sus colosales dimensiones, con una nave de 13.000 metros cuadrados y doce metros de altura libre (trece metros en total hasta el techo).

Un tamaño y un volumen que contrasta con la aparente sencillez de su interior, con estanterías ubicadas de forma perfectamente alineada en 35 pasillos, en dos áreas separadas, que albergan ya más 1,2 millones de unidades de 9.000 referencias, de las 12.000 que forman parte del catálogo del fabricante en la actualidad (y subiendo).

La transformación del concepto logístico de NRF en España se ejemplifica con su centro de Valencia como exponente principal. Atrás queda la etapa con cuatro almacenes en funcionamiento para asegurar la proximidad territorial del fabricante a sus clientes de España y Portugal, superada definitivamente con estas nuevas instalaciones, que canalizan el suministro no sólo al mercado ibérico, sino también a otros 40 países, de casi todos los rincones del mundo, por muy alejados que estén. Desde Catarroja se envían, por ejemplo, piezas NRF a Australia o Nueva Zelanda.

El centro logístico valenciano de NRF es el segundo en tamaño del fabricante, sólo superado por el central de la marca en Gdansk (Polonia). En tiempo récord de apenas tres meses se montó este almacén, las modernas y funcionales oficinas e incluso un taller para formación, réplica a mayor tamaño que el de la central de NRF en Peligros (Granada), que alberga el interior de la nave. El traslado del material desde el anterior centro regulador en Torrente, también en la provincia de Valencia, se hizo con tanta precisión y rapidez que ningún día se dejó de recibir y servir mercancía a los clientes.

Dos turnos, 28 trabajadores y mejora productiva

El almacén funciona desde las seis de la mañana a las 22 horas en dos turnos, con una plantilla de 28 trabajadores, que han recibido formación específica de tal forma que pueden realizar sus funciones en cada área asignada y tarea de forma casi autónoma, según explica José Ramón Ortega, supervisor del centro y guía en la visita. Con los procesos implementados en el centro, la empresa ha obtenido mejoras en la productividad de las operaciones del 50%, con una media de preparación de entre 80 y 100 paquetes por operario/hora, “que ya de por sí justifica la inversión realizada”, le cuenta Eduardo Gijón, director general de NRF España, a Infotaller.

Producto NRF en cajas serigrafiadas con la imagen y colores del fabricantes para hacer más atractivo el packaging.
Producto NRF en cajas serigrafiadas con la imagen y colores del fabricantes para hacer más atractivo el packaging.

Entre los avances más inmediatos provocados por la puesta en funcionamiento del centro de NRF en Catarroja, destaca el del aumento de la disponibilidad de producto. A falta de la plena integración con el ERP de NRF de un segundo partner logístico externo, que permita “engrasar” aún más la identificación, etiquetado, validación, salida y el transporte de los pedidos, esa mejora de la disponibilidad se ha conseguido no sólo casi duplicando la capacidad de almacenamiento respecto al almacén anterior, sino optimizando los procesos de puesta a disposición de la mercancía recibida en el centro.

En este sentido, la recepción de la mercancía que llega al almacén desde el puerto de Valencia en contenedores y grandes camiones (a una media de cuatro diarios), que disponen de cinco muelles de inbounds, se gestiona de tal forma que está disponible para pedidos y envíos en el mismo día de llegada (proceso denominado en inglés “put away”). El objetivo pasa así por acortar la cadena de suministro lo máximo posible ganando eficiencia.

La disponibilidad también se extiende a los productos de incorporación más reciente a la oferta de NRF. Este periodista pudo comprobar como en las estanterías del almacén ya se apilan referencias de cuerpos de mariposa, sensores de cigüeñales y árbol de levas, manguitos calefactables y sensores de presión de combustible, gamas presentadas por primera vez en la pasada edición de Automechanika celebrada en Frankfurt en septiembre pasado. Y quedan dos más por llegar de las mostradas en la feria alemana, entre ellas las que NRF ha denominado de Innovación, un catálogo de 200 referencias multi-producto para Tesla que se extenderá a otros vehículos eléctricos y estarán disponibles en Catarroja en el primer trimestre de 2025.

Interior del almacén de NRF en Catarroja.
Interior del almacén de NRF en Catarroja.

En el packaging y embalaje de los productos empieza asimismo a ser visible un nuevo diseño con las cajas serigrafiadas, con el color naranja muy destacado, lo que aporta una imagen más corporativa y atractiva en las estanterías. El material en el amplísimo almacén se ubica según su rotación y con lo más pesado en las alturas superiores. El de mayor movimiento, en los pasillos más cercanos a la “playa” de preparación de pedidos ‘express’ y de stock, junto a los ocho muelles reservados para camiones y vehículos de las empresas de transporte, en la nave más grande de la instalación. En esta zona se preparan también los envíos paletizados, flejados en una única caja en alturas de hasta 2,5 metros, que desprenden una imagen más cuidada, pero que sobre todo protegen más la mercancía y hace más homogéneos los tamaños de los palets.

En la otra nave, la dedicada a exportación, se canalizan las operaciones con destinos a los mercados exteriores, en el que cada país cuenta con una casuística particular y requiere por tanto de una gestión diferente, incluso en detalles como el idioma de las etiquetas. En el caso de NRF en Valencia, con un proceso muy particular se ha conseguido incluso imprimirlas en árabe.

Equipo de NRF Iberia durante la visita de Infotaller al almacén. En la imagen falta Manuel Garrido, ausente de última hora por motivos personales.
Equipo de NRF Iberia durante la visita de Infotaller al almacén. En la imagen falta Manuel Garrido, ausente de última hora por motivos personales.

A pesar de su reciente puesta en marcha, el centro y la estrategia de NRF están orientados a seguir implementando mejoras muy significativas en el futuro. Aunque Eduardo Gijón no puede disimular el orgullo de que la instalación cuente con la Certificación Breeam, de construcción sostenible, la siguiente fase proyectada pasa por la incorporación de la metodología Lean Sigma para la optimización de los procesos. Para este objetivo, NRF se apoyará en empresas consultoras especializadas en este procedimiento, muy habitual por ejemplo en las plantas de fabricación de automóviles.

La automatización, para el final

En una tercera fase, el siguiente reto será la automatización de todos los procesos. “Espero que el sector de la distribución nos vaya acompañando en este desarrollo. De poco serviría tener un almacén con la ultimísima tecnología si las empresas para las que trabajamos no están preparadas para aprovechar al máximo nuestra apuesta logística”, señala el director general de NRF España, quien añade que la nueva instalación de Catarroja “es la palanca que nos marca una ruta de mejora continua hacia la sostenibilidad y hacia la reducción del impacto de nuestra actividad en la huella de carbono”.

Eduardo Gijón aprovecha la visita del periodista para subrayar la apuesta de NRF por familias de producto al margen de sus especialidades históricas. "Estamos convencidos que para continuar siendo relevantes con nuestros clientes tendremos que seguir aportando valor. NRF es conocido tradicionalmente por su liderazgo en termocontrol y refrigeración del motor y en climatización del habitáculo. Ahora somos un proveedor global con un portfolio mucho más amplio de productos, como las nuevas líneas de sensores, en las que hay una gran oportunidad de negocio que tenemos que dar a conocer a todo el sector. Que sepan los distribuidores que tenemos elevalunas o una pastilla de freno para un de un Tesla, por ejemplo", concluye el máximo directivo de NRF en España.

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