Cómo funciona el sensor de temperatura del refrigerante del motor
En función de la temperatura que registra, se adapta la mezcla de combustible y aire.
El sensor de temperatura del refrigerante del motor es un elemento fundamental para controlar la temperatura del mismo e informar al conductor, previniendo así un sobrecalentamiento que cause una avería grave. Su funcionamiento no es únicamente de medición, sino también de control.
Así, la resistencia interna del sensor disminuye cuando aumenta la temperatura del líquido refrigerante que absorbe el calor del motor, y a la inversa. En función de la temperatura que registre este sensor, se adaptará la mezcla de combustible y aire que entra al motor.
Al arrancar el vehículo, el líquido refrigerante está a baja temperatura baja y el sensor indica que es necesaria una mezcla más rica (con mayor cantidad de combustible). A medida que la temperatura va subiendo, se precisa una proporción distinta en la mezcla. Si se demasiado elevada, la mezcla debe empobrecerse.
Cun una función tan importante, una avería del sensor de temperatura del refrigerante puede ser grave, por lo que es importante detectarla a tiempo. Si la aguja del sensor marca una temperatura alta con el motor recién arrancado o demasiado baja si lleva tiempo circulando, es posible que no le esté llegando tensión al sensor. En ese caso, hay que comprobar con un voltímetro que el voltaje esté entre los 3 V en frío y los 0,5 V en caliente, según explican en Coches.com.
Otros síntomas de un fallo en el sensor son la inestabilidad en el comportamiento del motor, con subidas y bajadas en el ralentí inestable, un aumento injustificado del consumo o problemas al arrancar.
En caso de que el sensor esté averiado, hay que llevarlo a un profesional para que lo sustituya. Normalmente se encuentra en la culata del cilindro. Una vez desconectados los cables, basta con cambiar el estropeado por uno nuevo y volver a conectarlo.
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