Astrave y AGL unen fuerzas para potenciar el GLP como alternativa de movilidad
Llevaran a cabo diferentes campañas para promover el uso de esta energía y de un marco legal acerca del retrofit.
La Asociación Gas Licuado (AGL) y la Asociación de Transformadores de Vehículos (Astrave) han unido fuerzas para realizar acciones encaminadas a poner en valor el gas licuado como opción de movilidad. La colaboración entre ambas organizaciones abarcará campañas conjuntas de divulgación enfocadas al público general y acciones coordinadas ante distintos cuerpos de la administración, ante los que reivindicarán el rol que el GLP puede desempeñar en el corto plazo como energía alternativa de transición en el camino hacia la descarbonización.
Ambas partes destacan la contribución del GLP a los objetivos climáticos al generar menos emisiones de CO2 y una importante reducción de partículas contaminantes.
Según un estudio elaborado por la Asociación del Gas Licuado, una mayor penetración del GLP permitiría ahorrar sólo en el transporte hasta 3,9 millones de toneladas de CO2 adicionales en 2030, lo que lo convierte en el sector de mayor potencial para la reducción del dióxido de carbono emitido. Este ahorro en las emisiones, sumado al que se lograría en otros sectores como la industria o el ámbito residencial, permitiría que el ahorro total ascendiera a 6,4 millones de toneladas; o lo que es lo mismo, un 2,2% adicional para los objetivos del PNIEC, Plan Integrado de Energía y Clima.
Conversión a autogás: menos CO2 sin una gran inversión
El escenario de máximos se alcanzaría, en gran medida, gracias a un mayor uso del autogás (GLP para automoción), un objetivo para el que resulta esencial la transformación de motores, tal y como promueve Astrave.
La patronal del sector recuerda que la conversión de vehículos de gasolina y diésel a GLP es una alternativa "más sostenible, económica e inmediata que la compra de vehículos nuevos". "Casi 3 de cada 4 coches que circulan hoy por nuestras carreteras podrían hacerlo con menores emisiones gracias al GLP, lo cual tendría un efecto muy positivo mientras terminan de desarrollarse las tecnologías que marcarán la movilidad sostenible del futuro. No hay que olvidar que, hasta que estas sean accesibles a toda la ciudadanía, falta tiempo”, asegura Javier Navarro, presidente de Astrave.
Con esa conversión, los vehículos a gasolina que cumplen con la norma Euro 4 o superior, y los diésel que cumplan con la norma Euro 6, al transformarse a GLP, obtienen la etiqueta ECO. "Apostar de forma inmediata por las transformaciones a GLP supondría que muchos de los vehículos que circulan actualmente por las carreteras españolas podrían estar contaminando, como mínimo, en torno a un 15 ó 20% menos gracias a la instalación de un sistema bi-fuel o dual-fuel", afirman desde Astrave.
Alternativa a la compra de nuevos vehículos
"Se generaría, por tanto, el mismo efecto que una renovación sustancial del parque automovilístico, sin necesidad de exigir a los ciudadanos un importante desembolso en un contexto como el actual de encarecimiento del coste de la vida", mantienen.
Las dos asociaciones coinciden en la necesidad de contar con un marco legal que regule y promueva el GLP en sus distintas aplicaciones. De ahí que se reclame la llamada ‘Ley retrofit’, que busca promover la conversión de vehículos de combustión a otras fuentes de energía. El Congreso paralizó su tramitación recientemente, pero ambas asociaciones confían en que se pueda retomar en un futuro próximo.
"De la mano de Astrave, con quien lucharemos por un marco favorable que permita que el bioGLP despegue definitivamente y pueda convertirse en una realidad más pronto que tarde, también para su uso en automoción”, ha defendido Xavier Martínez, presidente de la Asociación Gas Licuado.
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