Seis problemas que pueden surgir durante el repintado del vehículo
Norton Saint Gobain explica el origen de defectos como los rechupados, los sangrados o los descuelgues durante el proceso.
Los procesos de repintado que se llevan a cabo en el taller de carrocería pueden verse afectados, en ocasiones, por factores ambientales o por pequeños errores en la aplicación de los materiales, surgiendo defectos que disminuyen la calidad del acabado final y que generen costes al centro de reparación, pues el profesional tendrá que volver a emplear tiempo y material para solucionar el problema. Para evitar estas pérdidas en el taller, los profesionales de Norton Saint Gobain enumeran los principales imperfecciones que pueden surgir durante el repintado del vehículo y los motivos por los que se producen, con el fin de trabajar con las mayores garantías de éxito.
Los rechupados
Los rechupados se asemejan a un cerco que surge en la zona reparada tras el secado de la pintura, lo más frecuente es que aparezcan en zonas reparadas con poliéster de masilla.
Uno de los principales motivos por los que se origina este defecto sobre el repintado es que la masilla no se ha preparado ni aplicado de forma correcta. También puede suceder por fallos en la preparación del aparejo, por falta de aislamiento de la zona a reparar o de los bordes del parche, o por no aislar de forma adecuada el área donde el acabado se ha lijado hasta el fondo.
Los velados
Los velados pueden entenderse como manchas con formas que aparecen en la superficie de la pintura y que se producen por la falta de nitidez en el brillo, un efecto que se conoce como opalescencia, originado por una rápida evaporación del disolvente. Esto provoca que al enfriarse al zona, se origine una condensación de la humedad ambiental "insolubilizando" al ligante.
La retención de la humedad en la película de pintura puede producirse por falta de renovación de aire durante el secado a temperatura ambiente, por diversas condiciones atmosféricas como el frío o la lluvia, o como consecuencia de la existencia de agua en la red de aire comprimido.
Pero además de estos supuestos, los expertos apuntan a un exceso de espesor, o el empleo de diluyentes o disolventes rápidos e inadecuados, no hidrofílicos, ya que puede causar el flote de los pigmentos más ligeros, no repartiéndose homogéneamente para proporcionar un color uniforme.
Los sangrados
Son decoloraciones que surgen por la disolución del pigmento de la capa original con el disolvente de la capa nueva. Los sangrados se producen un cambio de pigmento al añadir el disolvente, desde las capas inferiores a la superficie. A efectos ópticos, se origina una sombra o mancha de color rojizo o amarillento.
Los sangrados son, por tanto, alteraciones en el tono del acabado en distribuciones irregulares. Es frecuente en parches con masilla de poliéster, por un un exceso de peróxido en la elaboración de estas. Esto produce una reacción con las capas posteriores de pintura. Cuando la pintura que aplicas afecta a la pintura preexistente, alterándola y mezclándose con la nueva.
Las flotaciones
Este tipo de defectos muestra un aspecto diferente de la superficie de la película de acabado respecto a su color, presentándose en forma de estrías, manchas o colores distintos. Los profesionales del taller de chapa y pintura se enfrentan a este problema cuando los pigmentos flotan y se desorganizan, como consecuencia de su propia densidad, alterando el color.
Este tipo de defectos está más asociado a pinturas con mezclas de pigmentos, especialmente en las pinturas metalizadas, y se produce por el empuje de las partículas hacia la superficie de los pigmentos de un tamaño y peso concreto y distinto de los otros contenidos en la pintura. La imperfección se origina cuando los agentes humectantes de la fórmula no consiguen compensar esta desigualdad.
Los pulverizados
Son partículas minúsculas de pintura depositadas en forma de polvo sobre la película ya originada. Las pulverizaciones pueden ser secas, y se producen porque la pintura llega al soporte en disolventes muy empobrecida, lo que impide su integración; o las pulverizaciones en piezas vecinas, la cual se da cuando aparecen restos de pulverización de pintura en piezas que no hay que pintar.
Los descuelgues
Son capas con exceso de producto que pueden aparecer tanto en el barniz como en la pintura de acabado y que presentan forma de ondas o "lágrimas", dispuestas en las zonas verticales de la carrocería.
Norton Saint Gobain apunta que los motivos más frecuentes por los que aparecen los descuelgues durante el repintado son no mantener una distancia adecuada a la hora de aplicar la pistola aerográfica, realizar los movimientos de forma lenta, emplear una baja presión del aire, utilizar una boquilla demasiado grande en la pistola aerográfica, propiciando un excesivo caudal; o añadir exceso de producto.
También pueden producirse errores durante la preparación, al emplear diluyentes inadecuados o aplicar un exceso de disolvente provocando una baja viscosidad de aplicación. Finalmente, pueden influir factores externos como un exceso de humedad en la cabina, insuficiencia en el tiempo de evaporación entre capas o que la temperatura de la cabina o de la pieza sea demasiado baja.
Novedades destacadas
También te puede interesar