El futuro del taller de carrocería y las tres claves del "Tallerista rebelde" para mantenerse competitivo
"Esto ya no va de pintar coches, va de gestionar un negocio", afirma Gaspar Pedreño, para quien vender más caro de lo que compras, cultivar la relación con el cliente y formarse con confianza en uno mismo son claves para sobrevivir.
¿Cómo se presenta el futuro del taller de carrocería? ¿Están los talleres especialistas en chapa y pintura preparados para los cambios que se avecinan? ¿Qué se puede esperar de la denuncia en Europa a las aseguradoras? De todos estos asuntos ha tratado el último webinar de Gaspar Pedreño, el conocido como "Tallerista Rebelde" (gerente de TallerBox), celebrado ante más de un centenar de asistentes en la tarde del 13 de abril.
Presentaba la sesión Gaspar Pedreño como que "esto ya no va de pintar coches". O, al menos, no solamente. Porque sí, por supuesto, los talleres de carrocería seguirán pintando coches, pero "el cliente está buscando muchísimo más". Por eso, argumentaba, "esto ahora va de gestionar un negocio", motivo por el cual ofreció las tres claves que, en su opinión, son fundamentales para mantenerse competitivo y perdurar en el tiempo como taller.
Cómo mantenerse competitivo
Para el "Tallerista Rebelde", conocido miembro de Siauto, seguir en el sector y no tener que echar la persiana pasa por tres claves. En primer lugar, aunque parezca obvio, "vender más caro de lo que compras". En este punto, interpeló a los asistentes para saber "cuántos habéis valorado vuestra mano de obra", pero no solo es conocerla, dijo, sino "actualizarla año a año". "El coste de la mano de obra depende de la productividad que tenga vuestro taller. Somos una empresa de servicios y donde nosotros aportamos valor es en la mano de obra", aseguró Pedreño, para quien es fundamental, "saber cuánto nos cuesta, hacer seguimiento de que la producción de horas se está cumpliendo y, por último, negociar a cuánto lo vendo", porque en muchos casos "no somos conscientes de que estamos trabajando por debajo del coste, tratando de compensar con el recambio la deficiencia de la mano de obra".
En segundo lugar, es imprescindible "cultivar la relación con el cliente". ¿Y qué tres factores valora más el cliente? Cumplir los plazos, que no haya retrasos y darle una fecha que sea realista. Confianza y ser honesto, para ganarme su confianza. Y tener un trato cercano, que se sienta cómodo en nuestros talleres, porque, argumentó Gaspar Pedreño, "el motivo principal por el que un cliente deja de serlo es la indiferencia y que no le has tratado como otras veces".
Y como tercer pilar para sobrevivir como taller de carrocería, apuntó a la formación y confianza en uno mismo. "Somos los únicos y principales artífices del rumbo que lleva nuestro negocio. Necesitamos formación, a nivel técnico, de gestión, de peritación, etc. Los buenos resultados requieren de un gran esfuerzo", defendió. Una formación, añadió, para la que son fundamentales tanto la ambición por ser mejores -"si siempre hago lo mismo, voy a tener los mismos resultados"-, pero también humildad "para pensar que cualquiera sabe más que yo".
La denuncia en Bruselas
Con carácter previo, el gerente de Taller Box quiso aprovechar la cita para analizar los escenarios posibles para el taller después de que la Comisión Europea haya visto "indicios de infracción" en las prácticas de las aseguradoras en su relación con los talleres. Tras mostrar su agradecimiento público a las patronales por llevar el asunto a Europa, no se mostró "optimista" respecto a la influencia final que pueda tener para el taller. Al menos, a corto plazo. Y puso de ejemplo el caso de las llamadas "cláusulas suelo", por lo que considera que un escenario, aún cuando pueda ser favorable, se alargará en el tiempo. Llegados a este punto, no considera que no vaya a prosperar, pese a que no es la primera vez que Competencia tiene que valorar el asunto y en esta ocasión, pese a la gran influencia del lobby asegurador, estará tutelada por la UE.
Y en el supuesto y deseado escenario de que la sentencia sea favorable, mostró sus dudas respecto a que se pueda trasladar a los talleres de forma práctica. Sí, puede ser que se obligue al Estado español a legislar para evitar las malas prácticas de las aseguradoras e incluso que multe a estas, pero los resultados para el taller "no se verán en un año, ni en dos, ni en tres", explicó. "Tendría que cambiar mucho el sistema para que nosotros lo podamos palpar", por ejemplo, en la subida de la mano de obra. Por ello, sentenció: "No esperes que otros resuelvan tus problemas. No nos podemos quedar esperando. Sois los responsables de vuestros resultados".
Tres desafíos para el taller de carrocería
La primera parte de la sesión la dedicó Gaspar Pedreño a analizar cuáles son, a su juicio, los principales retos o desafíos a los que se enfrenta el taller de carrocería. El primero y más a corto plazo, el que quiso denominar desafío económico. Venimos de una reciente crisis muy corta en el tiempo, la del coronavirus, durante la cual, los golpes pequeños tuvieron un descenso del 23%. "Ahora, los talleres tenemos más trabajo que nunca, tanto en mecánica como en carrocería. Pero, ¿qué pasa si eso cambia?", se preguntó el gerente de Taller Box. No en vano, eso podría comenzar ya a pasar debido a la subida de hipotecas, que reducirán las reparaciones de particular, pero también impactará en seguros a todo riesgo e, incluso, podría darse la situación de reducir el uso del coche.
"Si nos baja el trabajo, pensamos en reducir gastos. La lógica dice que lo más inmediato es reducir empleados, para no tener a nadie parado", aseguró Gaspar Pedreño, quien, sin embargo, puso de ejemplo a los fabricantes de vehículos, que han aumentado márgenes vendiendo -y fabricando menos-. ¿Cómo? Subiendo sus precios. "Si yo hago menos reparaciones, tendré que ganar más por cada una para mantenerme como estoy", explicó. Y eso pasa por negociar con proveedores para tener más descuentos o pelear un mayor precio de la mano de obra con las aseguradoras.
El segundo desafío, el que menos preocupa en opinión del "Tallerista rebelde", es el tecnológico. El que provendrá de la electrificación, que no influirá demasiado "más allá que tendremos que prepararnos para conectar y desconectar esos vehículos"; del coche autónomo, que no llegará a corto y plazo, aunque "sí será una amenaza real para el taller de carrocería" cuando llegue; y, en tercer lugar, la impresión 3D, que a día de hoy se está utilizando para la reconstrucción de paragolpes y de faros y que "da la posibilidad de fabricar piezas descatalogados", pero con el inconveniente del precio, ya que es muy caro fabricar para pocas unidades.
Por último, el tercer desafío es el de la digitalización para saber "cómo de automatizadas tiene el taller sus tareas". En este sentido, Gaspar Pedreño hizo hincapié en la necesidad imperiosa de tener un software de gestión. "Me parece surrealista que aun haya talleres que no tengan", aseguró, porque es algo que permite automatizar tareas y "nos da información de cómo estamos llevando nuestro taller". "No se trata de tenerlo, sino de usarlo. Hay que alimentar el software, para que el retorno sea información para poder tomar decisiones", sentenció.
En el desafío de la digitalización, además, también incluyó la necesidad de disponer de un software de valoración para realizar las peritaciones, imprescindible para "saber si el perito está siendo objetivo", porque, dijo, "la mejor forma de negociar con el perito es darle una preperitación, hacer nosotros el presupuesto", ya que "ellos tienes un conocimiento mucho más profundo y tenemos que estar a su altura, porque sus incentivos y remuneración depende en muchos casos de bajar el coste medio".
Por último, en este pilar se coloca la presencia online, en el que, más allá de contar con una web actualizada y un perfil en Google, Gaspar Pedreño recomendó fundamentalmente "estar disponible para mi cliente". "Invertid en esto, es vuestra carta de presentación y vuestra imagen", defendió en un mundo en el que, para los que quieran sacar mayor partido, se puede utilizar Google adwords con una landing page que lleve a un formulario o una estrategia de contenidos en redes sociales, en la que, eso sí, hay que "hacer algo diferente".
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