Jaime Silvela (Solera): “La inteligencia artificial va a hacer mejores a los profesionales del taller”
El director de Desarrollo de Negocio Internacional de la compañía defiende también la sostenibilidad como un factor que ayuda a ser más eficientes en los procesos de gestión y reparación de vehículos, frente a los que creen que su implantación es algo complejo y caro.
Inteligencia artificial y sostenibilidad son los elementos sobre los que giran los dos proyectos claves del Grupo Solera, factores ambos que están afectando y van a concenir a la posventa en un sentido bastante positivo. Lo afirma Jaime Silvela, su director de Desarrollo de Negocio Internacional, que asegura que su compañía “está desarrollando soluciones basadas en la IA y cada día con unos criterios cada vez más sostenibles para dar respuesta a una necesidad del mercado”.
¿Qué aporta la inteligencia artificial a los procesos de reparación de vehículos?
El objetivo del uso de la inteligencia artificial en este sector es hacer más eficiente el proceso de una reparación. En Solera entendemos que la IA funciona como el ser humano. Es el cerebro el que interpreta lo que el ojo ve. Hemos transformado la inteligencia artificial en inteligencia visual y así somos capaces, a través de las fotografías, de reconocer lo que se está viendo en cada momento”.
Lo que nos hace diferentes, sobre todo, más allá de la inteligencia artificial, es que seamos capaces de interpretar qué ocurre cuando se ve ese daño en el vehículo y las operaciones necesarias para repararlo (Repair Science o Ciencia de la Reparación). ¿Por qué? Porque tenemos acuerdos con más de 200 fabricantes de vehículos en todo el mundo; acceso a la información de todos los fabricantes de pintura y recopilamos toda esa información generada por centros de investigación como Cesvimap y Centro Zaragoza para poder aplicarla”.
¿La clave son las fotografías?
“Queremos enseñar a saber diferenciar si un vehículo está bien o tiene algún desperfecto a través de un modelo basado en fotografías, ayudando a la inteligencia artificial a identificar lo que está viendo. La gran ventaja o el valor añadido que aporta Solera es que tenemos más de 4.500 millones de fotografías en nuestras bases de datos y nos apoyamos en esa información recabada durante 40 años en los diferentes mercados”.
¿Y la intervención del factor humano en esos procesos de gestión y reparación de siniestros puede verse afectada negativamente con la implantación de estos métodos?
“Todo lo contrario. Lo que estamos viendo es que el taller va a ir recibiendo por adelantado esa información. La gran ventaja que está ofreciendo la IA es que está haciendo a nuestros profesionales cada vez mejores. Uno de los grandes miedos, que yo intento desmitificar y desmentir, es que la IA está para reemplazar al ser humano. No, está para hacerlo mejor, aunque evidentemente ciertas posiciones y funciones van a cambiar dentro del taller. A lo mejor, la valoración de un siniestro la podrá hacer el recepcionista, que no tiene ese conocimiento profundo que tiene el operario, pero ese cambio ayuda a optimizar el proceso de gestión en el taller".
Y el proceso ganaría así en rapidez.
“Gracias a las fotografías puedo acelerar ese proceso, porque si tengo un daño leve que el sensor no puede identificar de la manera correcta, cuando se emitan esas imágenes van a llegar al taller con una pre-valoración. Lo que cambia es que antes una fotografía acompañaba a un expediente y ayudaba al trabajo de cálculo de la reparación. Ahora esa imagen es el centro de esa comunicación. Pasamos de un proceso secuencial (llevar el coche al taller, revisar los daños en el centro reparador, la intervención del perito, el acuerdo sobre el presupuesto) a un proceso circular, en el que en el momento que alguien hace esa fotografía todas las partes tienen esa información desde el primer momento, con una pre-valoración que les permite interactuar, ganando en agilidad, haciendo más efectivos a los profesionales e incrementando su productividad”.
¿Cómo afronta Solera la cuestión de la sostenibilidad en la posventa de automoción?
“Es un asunto en el que hay una preocupación social mayor, partiendo de un entorno regulatorio y de las recomendaciones de algunas compañías sobre esta cuestión. El 76% de los clientes nos han manifestado que estaría dispuesto a cambiarse de compañía de seguros o de proveedor si percibe que hay un trato pobre, desde el punto de vista sostenible, de su reparación.
Además, los criterios de sostenibilidad influyen cada día más en los inversores. Todo esto crea una tormenta perfecta, en dónde no sólo tengo que ser sostenible, sino asegurarlo. En Solera tenemos que ayudar a las empresas del sector a que puedan hacerlo, a medir el impacto de las decisiones que está tomando y a que, gracias al uso de la inteligencia artificial, puedan ser más eficientes y sostenibles, medirlo y demostrarlo.
¿La sostenibilidad va a aumentar los costes y preocupaciones del taller?
“Respecto a la sostenibilidad en el taller, voy a desmitificar otra cosa. Normalmente, lo que entendemos por sostenibilidad va ligada con lo verde, que va asociado a su vez con lo complejo y lo más caro. Y lo que estamos viendo es que, en el proceso de reparación, la sostenibilidad va totalmente alineada con la eficiencia, ya que reparar es mejor que reemplazar. Tenemos que ver en esta fase cómo podemos incrementar la reparabilidad en el taller, proporcionándole información para que tenga mayor conocimiento. No olvidemos que las empresas reparadoras viven de las horas de reparación”.
¿Cómo puede ayudar Solera a mejorar esa eficiencia en las empresas de la reparación de vehículos?
“Con nuestras soluciones el taller puede disponer, desde el primer momento del siniestro, de comunicación de qué tipo de golpe o de qué vehículo le va a llegar, puede pedir las piezas de forma adelantada, saber qué tipo de recambio va a utilizar o si necesitará un recambio verde en caso de vehículos más antiguos o para los que tiene un impacto tan fuerte que con el uso de estas piezas reutilizadas pueda salvar la reparación y evitar que se declare el vehículo como siniestro total.
La imagen se convierte en el centro de este proceso circular del que todos podemos salir beneficiados, pero para eso todos los actores que intervienen tienen que estar interconectados. De lo contrario no tendremos esas ventajas. Cada día estamos viendo como a través de plataformas y soluciones, como en el caso de Solera, contribuimos a esa comunicación entre todos los operadores”.
¿Cómo se puede promover el uso de ese “recambio verde”?“En el caso de este tipo de piezas, lo que debemos atender es cómo ayudamos a los Centros Autorizados de Tratamiento de Vehículos a documentar de una manera correcta la información que tienen. Lo más importante es que sepan que esas piezas las tienen que referenciar, más allá de puntuarla con una calidad, adjuntarla con una fotografía para saber si esa pieza es la que necesita ese taller.
Con acuerdos con estos desguaces, lo que buscamos es integrarlos desde el punto de vista técnico para tener la información en tiempo real. La gran diferencia entre un recambio verde o uno nuevo, es que éste sabes que existe; puede tardar un mes o seis meses en que me lo sirvan, depende de su complejidad o de si es una pieza cautiva o no. Pero en el caso del recambio verde, lo tengo que saber en ese momento; lo importante es la integración tecnológica para saber en tiempo real la disponibilidad del recambio”.
¿Prevé un aumento de la presión regulatoria para el uso de este tipo de piezas para determinadas reparaciones?
“Las regulaciones marcan la velocidad y la implantación del recambio verde. Pero sí es verdad que el recambio reutilizado es limitado; dependes del número de bajas de los vehículos, del parque que tengas en cuanto a edad y composición. Si resulta que estamos quitando del mercado los coches sin etiqueta, el recambio verde tiene que ser de coches más recientes y los desguaces ya no tendrán tantos vehículos para que puedan proporcionar esas piezas. Estamos en un momento de cambio en el que todos estos movimientos van a afectar a las políticas del recambio”.
¿Pueden estar tranquilos los talleres con todos estos cambios?
“Nuestro objetivo es facilitar la vida de nuestros clientes, en este caso el taller. La vocación de Solera son los datos; basándonos en ellos tenemos que hacer que a las empresas de reparación les lleguen en automático. Hacerles más sencillos ciertos trabajos repetitivos, para que el taller pueda dedicar más tiempo a explotar su conocimiento, que es la reparación, y dedicarse también a la formación, liberándole de esas otras tareas”.
¿Y el papel de las aseguradoras en todo este proceso del que son parte esencial?
“Lo que están haciendo las aseguradoras es intentar acelerar el proceso de notificación y gestión de un siniestro. Esa optimización de tiempos pasa por la imagen. En el proceso, lo siguiente va a ser cómo a una imagen le añado los datos para la reparación, posteriormente cómo devuelvo a ese vehículo al cliente. En el fondo, el cliente del taller y el cliente de la aseguradora es el mismo. El usuario lo que quiere es recuperar su vehículo lo antes posible. Y lo que tenemos que hacer es aportar la tecnología para satisfacer esas necesidades. Pero paso a paso, primero facilitar el flujo y luego vamos añadiendo más información. Es como lo del coche autónomo, que ya existe y lo puedo tener, otra cosa es que la legislación permita ir sin conductor por Ávila (dónde se realiza la entrevista, aprovechando la celebración de IBIS Iberia 2023) con uno de estos vehículos”.
¿Variará también la relación de los usuarios finales con el taller en el momento que sus vehículos se vean afectados por un siniestro?
“El cliente quiere información, pero no tantos puntos de contacto en el proceso de la reparación de su coche como antes. Poder verla cuando quiera, tenerla accesible cómodamente. Lo importante es aportar una plataforma tecnológica que le permita interactuar con el taller de la manera en la que prefiera”.
En este ámbito la digitalización se convierte en algo imprescindible entonces.
“El reto no está tanto en optimizar nuestros actuales procesos, sino que gracias a la tecnología que conocemos, seamos capaces de diseñar procesos nuevos, partiendo desde cero, pero con una concepción digital desde el inicio. Ahí es donde vamos a encontrar el máximo valor de las nuestras soluciones.
Solera está presente en más de 100 países y su funcionamiento y crecimiento ha sido más “multilocal” que como multinacional, ya que nos hemos adaptado a cada país y a sus necesidades. Con toda esta evolución, y para conseguir una mayor capacidad de desarrollo e innovación, vamos a ir centralizando nuestras soluciones para ser más ambiciosos, y ver cómo vamos migrando a una plataforma global, que se va a apoyar desde el inicio en la inteligencia artificial”.
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