Las juntas de admisión se utilizan para evitar que los gases del motor se escapen o incluso para separar los gases del motor del refrigerante. Cuando una junta del colector de admisión se rompe, puede causar la falta de eficiencia del combustible, el sobrecalentamiento del motor y otros problemas graves.
La junta del colector de admisión se va degradando con el tiempo. Si comienza a fallar, generará fugas de aire a nivel de la junta del colector con la culata, perjudiciales para el buen funcionamiento y el rendimiento de su motor. Algunos indicios como el olor a combustible, fallos, dificultad para el arranque o pérdida de potencia pueden evidenciar su degradación.
La sustitución de una junta del colector de admisión averiada es fundamental para restablecer el equilibrio necesario para el conjunto del sistema.