El impuesto de circulación penalizará a los coches más contaminantes
Potenciar el uso de vehículos eficientes, mejorar la calidad del aire, recaudar más, vender más coches nuevos o achatarrar los más viejos. Los motivos por los que el Gobierno reformará el impuesto de circulación son una incógnita. Pero sí se sabe que los tradicionales caballos fiscales serán sustituidos por criterios medioambientales para calcularlo a partir de 2014.
La reforma del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica puede influir en la configuración del parque de vehículos y, por tanto, en el tipo de coches que visitarán el taller, ya que muchos conductores pueden verse movidos a vender sus viejos coches para comprar otros que soporten menor carga fiscal. De hecho, esta medida ya había sido propuesta por la patronal de fabricantes de coches Anfac para dinamizar la venta de vehículos. El Ministerio de Hacienda y la federación de municipios FEMP son los encargados de definirla. Sus detalles se desvelarán, en principio, el próximo 26 de abril.
En cualquier caso, el Gobierno ya ha adelantado que su intención es basar el impuesto en la máxima “el que contamina, paga”. De ella se puede deducir que serán los vehículos diésel de mayor antigüedad los que se vean más afectados por una subida de este impuesto, sobre todo si finalmente se toman como criterio las emisiones de CO2.
Esta reforma está contemplada en el Plan AIRE 2013-2016, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente para la protección de la calidad del aire y de la atmósfera.
Novedades destacadas
También te puede interesar