Cómo detectar fallos en los componentes de los frenos

Con la llegada del verano entran en juego los grandes viajes por carretera. Antes de emprender la marcha es necesario revisar que todos los componentes del vehículo estén en perfecto estado. Sobre todo, aquellos considerados como piezas de desgaste, como es el caso de los frenos.

Son la primera línea de defensa del coche en materia de seguridad. La revisión de estos elementos por parte de los profesionales debe ser constante y periódica. En caso de fallos o desgaste, serán los encargados de reparar las piezas, sustituir las pastillas y, posteriormente, ajustar el sistema.

En el caso de las pastillas, al ir desgastándose poco a poco, los síntomas de fallo son más imperceptibles. Para prevenirlo, en el taller deben revisar tanto el cilindro maestro, encargado de acumular el líquido de frenos, como las mangueras que lo transportan. Ambos componentes son los más sensibles de sufrir averías, sobre todo en los cambios de estación.

Síntomas

Además, hay varios comportamientos a los que hay que estar atento y que indican fallos en el sistema de freno. El más característico son pequeños impactos o vibraciones al iniciar la frenada, probablemente producidos por una pastilla partida que no ejerce toda la presión a la vez y golpea el pistón. Aunque también es posible que sea por un fallo en los discos que se han deformado y presentan ondulaciones. Una avería que suele venir acompañada de una mala alineación de las ruedas.

Por otro lado, se puede dar que el pedal está demasiado duro o demasiado blando. En el primer caso, se puede deber a que las pastillas se han cristalizado o están manchadas de grasa o líquido (debido a una fuga), una avería del servofreno o en el disco. En el segundo caso, es probable que haya entrado aire en el sistema hidráulico o que el líquido se haya degradado.

Por su parte, desde Road House recomiendan respetar los tiempos de descanso del vehículo tras largas travesías para dejar descansar a los frenos y evitar el efecto fading.