Qué revisiones hay que hacer con normalidad
Correas, frenos y líquidos, entre los cuidados a los que más atención hay que prestar.
Pasar por el taller a menudo suele ser síntoma de preocupación para el cliente. Sin embargo, hay pequeñas revisiones que se deben efectuar y en las que el profesional mecánico debe concentrarse para evitar futuras averías mayores.
Más allá de las, normalmente anuales de aceite y filtros (se recomienda hacerlo cada 15.000 kilómetros aproximadamente), existen otros elementos susceptibles de causar averías y que no son tan llamativos. Es el caso de las correas o los frenos. En el primer caso no importa que sean las del alternador, distribución o dirección, en cualquier caso son elementos que se desgastan, perdiendo su función y dañando el vehículo.
En cuanto a los frenos, revisar los niveles de líquido es clave para garantizar la seguridad del cliente al volante.
Por otro lado, en estas revisiones se debe comprobar también si el radiador presenta fugas, así como el nivel de refrigerante. Se debe evitar rellenarlo con agua, ya que al contener impurezas se pueden pegar a la pared del motor y causar corrosión.
Del mismo modo, es recomendable revisar la presión de los neumáticos, así como el estado de la batería, para evitar que haya fugas.
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