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Tras cuatro años de crisis económica, ya nadie puede negar que el sector de la distribución de recambios está padeciendo sus consecuencias. Con una tasa de paro descontrolada y el combustible en máximos históricos, el vehículo se usa menos y se repara lo justo.

Según previsiones de InfoCap, el sector de la distribución de recambios cerrará 2012 con una caída de la facturación del 7,5%, hasta alcanzar los 3.986 millones de euros. Con ello, el mercado encadenaría cuatro años de caídas, con un descenso acumulado del 34,6% entre 2009 y 2012.

Concretamente, las ventas de piezas en los concesionarios caerán en torno al 7% en 2012. Por su parte, el recambio multimarca verá descender su facturación el 8% en conjunto, con una caída aproximada del 9% en el caso del turismo y del 5% en vehículo industrial.

La evolución de cada empresa depende en gran medida de su mix de ventas. La caída de la siniestralidad y de los seguros a todo riesgo ha provocado un descenso en recambios de carrocería, repintado e iluminación. Productos de mantenimiento como filtros y frenos se mantienen, mientras que otros como neumáticos, lubricantes y amortiguadores se resienten por la reducción de los pasos por taller. Los únicos que realmente crecen son aquellos componentes que inmovilizan el vehículo, como embragues y correas y elementos de distribución. Además, escapes y transmisiones continúan a la baja, como en años anteriores. Sin embargo, la familia más afectada es la de maquinaria de taller, una inversión totalmente paralizada por los reparadores.

El parque de vehículos sigue envejeciendo en España. Según cálculos de Anfac, su edad media llegará al récord de los 9,7 años al terminar 2012, lo que supondrá contar con el parque más viejo de la historia. Los conductores de estos coches demandan recambios más baratos. Además los pedidos de los talleres suelen ser más pequeños, lo que multiplica los costes logísticos y afecta directamente a la rentabilidad de los distribuidores.

Además, otro de los problemas que afectan a estas empresas es el repunte de los casos de impagos y retrasos en los cobros, que aumentaron el 6% entre mayo de 2011 y 2012.

Las tiendas medianas sigue siendo las más perjudicadas por la crisis. Las pequeñas se mantienen con una clientela fiel, mientras que los grandes mayoristas, obligados a crecer para mantener su estructura, venden también directamente a tiendas pequeñas y talleres, lo que afecta a los recambistas de tamaño medio.

Esta venta directa del mayorista al taller promoverá más movimientos de concentración, en los que algunas de estas empresas medianas pasarán a manos de las más grandes. El resultado será un modelo de distribución más europeo, con un menor número de operadores que contarán con mayor poder en el mercado.

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