Los problemas más frecuentes en el filtro de combustible
La mayor parte de los problemas con este elemento son culpa de la suciedad acumulada.
El filtro de combustible es un elemento esencial para el correcto funcionamiento del motor. Es el encargado de evitar que las impurezas y residuos del combustible lleguen al circuito de inyección, a la bomba de presión, al circuito de alimentación y a los inyectores.
Los problemas más habituales en el filtro de combustible llegan por la acumulación de suciedad. Tal como explica Loctite en su blog, es frecuente que, con el paso del tiempo, las impurezas se acumulen hasta formar una pantalla que impide la correcta circulación del combustible. Y esto, a su vez, provoca que los inyectores y la bomba de presión no funcionen correctamente.
Loctite da respuesta también a la pregunta que surge en muchos de los casos en los que el mecánico se enfrenta a un filtro de combustible sucio: ¿cambiar o reparar? En su opinión, siempre es mejor cambiar ya que, dado su pequeño tamaño, conseguir eliminar todas las impurezas es tarea casi imposible.
En cuanto a la frecuencia de sustitución de esta pieza, no existe una opinión homogénea. Hay fabricantes que recomiendan hacerlo cada 60.000 kilómetros; aunque la mayoría de los reparadores prefieren acortar este plazo a la mitad.
Un ruido extraño en el motor, dificultad de arranque, que el coche se pare cuando está en marcha, problemas de rendimiento o aceleración y aumento del consumo de combustible, son algunos de los síntomas que delatan que algo no va bien en este filtro.
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