Cómo mejora el turbo eléctrico al mecánico tradicional
Los expertos indican que este sistema permite al vehículo obtener una potencia extra, aumentar su par y reducir el consumo.
El turbo es un elemento que consiste en un sistema de alimentación que poseen cada vez más coches. Su funcionamiento ha ido evolucionando desde que se empezó a usar en los años 60 en el ámbito de la competición hasta llegar a los turbos eléctricos que existen en la actualidad.
Para conocer más acerca de él, Loctite publica un post en su blog donde explica que este sistema permite al vehículo obtener una potencia extra y aumentar su par, además de reducir el consumo.
Para ello, utiliza una turbina a la que llegan los gases del escape que se comprimen y enfrían por el Intercooler, que permite bajar la temperatura de los gases comprimidos. Este aire permite al coche obtener más potencia.
Pese a que el turbo se ha usado en motores de combustión interna, sobre todo en modelos diésel, en los últimos años los turbocompresores mecánicos está dejando paso a los eléctricos, según indica el artículo.
Estos funcionan de forma similar a los tradicionales, señalan los expertos. La diferencia radica en que en lugar de una turbina incorporan un segundo turbocompresor alimentado por un pequeño motor eléctrico que le permite entregar un par motor alto incluso a regímenes bajos.
Asimismo, los técnicos de Loctite subrayan que hasta ahora, el turbo eléctrico para coche era un elemento exclusivo del mundo de la competición debido a su coste y su fiabilidad. Sin embargo, con la llegada de los híbridos se están obteniendo buenos resultados y la tecnología no es tan cara, por lo que cada vez más marcas apostarán por este sistema, como BMW, que en 2011 patentó su primer turbo eléctrico.
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