Diagnosticar los problemas que tienen los vehículos suele ser algo más complejo que una simple lectura de errores con un equipo destinado a tal fin.
Así, este proceso conlleva que, más allá de los códigos que el automóvil genere y que, posteriormente, leamos, sea necesario interpretar estos datos de forma adecuada para poder asociarlos a las posibles causas que los originen.
Este vídeo muestra un claro ejemplo de ello, es decir, cómo entender que el código leído suele ser una consecuencia y no una causa, en este caso, aplicado al velocímetro de un Renault Clio.