Una tecnología capaz de monitorizar, entre otras cuestiones, las ondas cerebrales del conductor para establecer su grado de atención al volante. Este será uno de los retos a los que deberán enfrentarse los talleres del futuro. Jaguar Land Rover estudia la aplicación automovilística de un método que utiliza ya la NASA y que consigue desarrollar esta función.
El reto de Jaguar Land Rover pasa por que sus coches sean capaces de detectar cualquier problema en el conductor y evitar situaciones de peligro al volante en tiempo real, algo que desarrolla a través de su proyecto Sixth Sense.
Con este avance, el conductor sólo deberá sentarse en su asiento y poner las manos en el volante. Una tecnología instalada a bordo del vehículo se encargará del resto. Mediante sensores situados en el volante y el asiento, el coche medirá el ritmo cardíaco, la respiración y el grado de concentración.
Gracias a un algoritmo, el sistema avisará al conductor si su grado de estrés es elevado o su atención presenta un déficit.
Este sistema evitará conexiones incómodas con el cuerpo del conductor y, mediante la combinación de mediciones de ondas cerebrales a través del volante y el resto de datos recabados, será capaz de alertar ante cualquier anomalía e incluso detectar problemas de salud para avisar a los servicios de emergencia.