Cómo evitar la aparición de rayas tras el pintado
Errores que pueden estropear el acabado aunque la pintura esté bien aplicada.
El acabado final del pintado, aunque la pintura haya sido bien aplicada, puede estropearse por un conjunto de causas. Loctite resume en un artículo en su blog las principales:
Presión en la ejecución del trabajo: la existencia de tiempos de trabajo ajustados o la necesidad de retocar o repetir un trabajo incrementan el riesgo de cometer errores.
Limpieza inadecuada de la zona que va a ser reparada y pintada: cuando el vehículo llega al taller, suele es necesario realizar una limpieza inicial que elimine todo resto de suciedad. El blog de Loctite destaca que “es fundamental retirar completamente cualquier resto sólido, como barro o partículas de polvo, ya que, de no hacerlo, dichas partículas pueden quedan retenidas en el abrasivo de lijado y provocar rayas profundas”.
Utilización de lijadoras inadecuadas y/o papeles de lija no normalizados: la lijadora rotorbital dispone de una órbita concreta que determina el tamaño (no la profundidad) de la raya generada. Por ello, a medida que el proceso de reparación avanza, la órbita empleada debe ser más reducida. En cuanto al papel de lija empleado, ha de disponer del marcado normalizado de La Federación Europea de Productos Abrasivos (FEPA). Para identificar un grano normalizado, basta con asegurarse que delante del número que hace referencia al grano del abrasivo aparece una letra “P”.
No seguir la secuencia de lijado adecuada para cada producto, revestimiento o pintura: tanto el lijado de la masilla, del aparejo o de cualquier otro revestimiento que sirva de soporte para capas de pintura posteriores tiene una influencia significativa sobre la calidad final de una reparación.
No verificar el rebaje y afinado de las rayas: a veces, seguir la secuencia de lijado estipulada no es garantía total de que las rayas han sido rebajadas convenientemente. Para eliminar las rayas más profundas, se precisa de un lijado más insistente.
No respetar los tiempos de secado: si no se tiene en cuenta, el efecto del grano sobre la capa de pintura se magnifica.
Corrección inadecuada de los defectos de pintado: tras el barnizado de las piezas dañadas, existe la posibilidad de que aparezcan en la superficie pequeños defectos, que es necesario corregir.
Limpieza final del vehículo: en muchos talleres, el vehículo se lava tras la reparación. Puesto que la pintura no está totalmente curada y endurecida, es más sensible. Para evitarlo, es conveniente lavar el coche con productos específicos y agua a presión, utilizando trapos que no rayen y nunca papel o productos agresivos.
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