La importancia del control del color para mejorar la rentabilidad
El uso de herramientas específicas de medición ayuda a los pintores a no repetir procesos y reducir tiempos.
El control del color es una de las labores más importantes en las operaciones de repintado en un taller de carrocería. Poder obtener la misma tonalidad en la pieza que se va a pintar que la que posee el resto del vehículo es una garantía que ofrece el profesional al cliente que deja la reparación en sus manos.
La pintura es un elemento distintivo y personal de cada automóvil. Está continuamente expuesta a factores externos que progresivamente la van deteriorando. Por ello, los profesionales utilizan aparatos específico para conocer el tono exacto antes de comenzar a pintar.
El espectrofotómetro se encarga de esta tarea, es decir, que es capaz de medir con exactitud cuáles son los componentes de la pintura y así garantizar el tono exacto entre dos muestras de pintura.
Además, actualmente los fabricantes de pinturas no dejan de sacar diferentes tonalidades de colores que aumentan aún más la capacidad de personalización de los vehículos y dificultan la labor de reparación de pintura de los talleres.
Son estos cambios los que ponen en valor la función de control de color de los profesionales. Lo explica PPG en una entrada del blog de PPG Refinish: “Es fundamental para evitar repeticiones innecesarias de trabajos que mermen nuestra rentabilidad y puedan comprometer la satisfacción del cliente que nos ha confiado su coche”.
De esta forma, el fabricante aconseja a los talleres invertir en materiales de control de color ya que, a la larga, suponen un ahorro de tiempo y dinero. Recuerda que PPG dispone de una amplia gama de productos que facilitan la labor del pintor, como el software de color PaintManager XI, el espectrofotómetro RapidMatch Go, y los PCs ATEX TouchMix Pro y TouchMix Mini.
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