El laminado de las lunas consiste en aplicar una lámina especial en la cara interna de las ventanillas, según explican desde Carglass. Su principal objetivo es proteger a los ocupantes de las plazas traseras de los efectos nocivos de la radiación solar.

La ley no permite laminar las ventanillas laterales delanteras, pero sí está permitido hacerlo en las ventanillas traseras, plazas en las que viajan los niños, que son más sensibles a la exposición. De hecho, la Skin Cancer Foundation recomienda laminar las lunas de los vehículos.

Además de por una cuestión de salud, el laminado también mejora la seguridad al volante, pues reduce los deslumbramientos, la fatiga ocular y la temperatura del habitáculo. Otro beneficio que aporta es la protección caso de impacto, pues la lámina evita que el cristal de la ventanilla se rompa en muchos pedazos. Por último, no deja ver el interior del coche, lo que evita robos.

Por otra parte, los ocupantes del vehículo se benefician del aumento de confort de esta filtración de la luz. Además, el aire acondicionado es menos necesario, lo que redunda en un menor consumo de combustible.

Carglass emplea láminas metalizadas Madico, con un programa de corte automático con plotter que aumenta la precisión, agiliza el servicio y ahorra tiempo al cliente.