“Si hubiera sido consciente de actuar indebidamente no tendría ese aparato al alcance de todo el mundo”. Esto es lo que esgrime Santiago Pérez, uno de los 53 dueños de talleres imputado por utilizar equipos de diagnosis falsificados. Este empresario salmantino siente que ha sido “estafado” ya que, además de ser ilegal, no le sirvió de nada “por defectuoso”.

De hecho, el propietario de este taller de la localidad de Cantalpino no descarta emprender acciones legales contra la página web que lo distribuyó ya que, según él, “sigue sin clausurar”. En una entrevista recogida en el digital Salamancartvaldia.es, Pérez confiesa que lo único que quería era “como cualquier empresario que empieza en su negocio, adquirir las herramientas a la mejor relación calidad/precio” y que en ningún momento creyó que era ilegal ya que estas operaciones de compra venta estaban arropadas por "llamadas telefónicas de comerciales y visitadores".

El empresario no tiene la sensación de haber hecho nada ilegal y por ello tenía la máquina “a la vista de todo el mundo”, incluso de los agentes que aparecieron en su local para inspeccionarlo dentro de la ‘Operación Avería’, que se saldó con más de 50 imputados.