El 16% de los vehículos que no pasan la ITV contaminan más de lo permitido
La cifra aumentó en el último año, pasando de un total de 1.191.673 defectos de emisiones contaminantes detectados en el 2020 a 1.302.971 en el 2021. Actualmente es la tercera causa que origina mayor número de rechazos de vehículos en la ITV.
La Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos AECA-ITV ha confirmado que el número de vehículos que presentan fallos en la prueba de control de emisiones aumentó en el último año. Además, ha constatado que se trata de la tercera causa que origina mayor número de rechazos de vehículos en la ITV.
El sistema de pos tratamiento de un vehículo es un método o conjunto de dispositivos que tienen el objetivo de reducir las emisiones contaminantes de los motores de combustión interna, es decir, limpian los gases de escape para garantizar que cumplan con las normativas de emisiones.
Se trata de un sistema que forma parte de la inspección técnica de vehículos y que tiene una vital importancia pues, evitan al año 575 víctimas prematuras por exposición a partículas. Una cifra que podría aumentar a 782 si el total de los vehículos que no acuden a las inspecciones obligatorias lo hubieran hecho.
Tercera causa de rechazo
De acuerdo con los datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y que la AECA-ITV analiza, las emisiones contaminantes son el tercer capítulo de la ITV en el que más defectos se detectan, después del alumbrado y señalización y el de los ejes, ruedas, neumáticos y suspensión.
En 2021 el 16% de los rechazos en la ITV fue debido a un incorrecto funcionamiento de los sistemas de control de emisiones contaminantes. Una cifra que aumentó en el último año, pasando de un total de 1.191.673 defectos de emisiones contaminantes detectados en el 2020 a 1.302.971 en el 2021.
¿Cómo se realiza la prueba de emisiones en la ITV?
Para comprobar el correcto funcionamiento de estos sistemas de pos tratamiento de emisiones de un vehículo se realizan dos tipos de comprobaciones: una visual y una mecanizada.
Esta inspección es común para los dos tipos de motores: de encendido por chispa (gasolina) y de encendido por compresión (diésel). En el caso de los motores diésel lo que se mide es la opacidad de los gases de escape. Cuanto mayor es la opacidad de los gases de escape mayor es la concentración de partículas contaminantes en estos, dando como resultado, en el peor de los casos un “humo negro”. Niveles muy altos de opacidad indican que la combustión que se produce dentro del motor es incompleta o que el filtro de partículas no se encuentra en buen estado.
Por otro lado, en los motores gasolina se mide la concentración de monóxido de carbono. Niveles muy altos de concentración de CO indican que la combustión que se produce dentro del motor no es la correcta o que el sistema pos tratamiento no se encuentra en correcto estado de funcionamiento.
Además de la prueba con el analizador de gases, en los turismos, tanto diésel como gasolina, en los que en su tarjeta de ITV se indique que cumplen una norma Euro 5 o posterior, se comprueba que la centralita no tiene guardados errores relacionados con el sistema de pos tratamiento de gases, es decir, errores que la propia centralita del vehículos ha detectado.
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