La posventa en Cataluña perdería 63 millones de euros por la baja de coches sin etiqueta afectados por las ZBE

Casi un millón de coches que circulan en Cataluña lo hacen sin etiqueta y, de ellos, más de 420.000 en ciudades afectadas por la ZBE, por lo que no podrán hacerlo a partir de 2025. ¿Qué impacto tendría en la posventa si esos coches se dieran de baja y terminarán en el desguace? En volumen de negocio, el 2,8% de pérdida de facturación, 63,1 millones de euros, según las estimaciones de Solera, expresadas por Javier Santos, Business Manager de Global Inpart (Solera), durante su ponencia en la 9ª Jornada de la Distribución en Cataluña, organizada por Cira.

Con un parque total de 2.728 talleres en esta comunidad autónoma, casi 150 tendrían que cerrar sus puertas con la “desaparición” de esos vehículos sin etiqueta en poblaciones con ZBE y se perdería también el empleo de 298 profesionales técnicos, según los cálculos de Solera.

En Cataluña, dónde casi uno de cada dos coches sin etiqueta está dentro de las ZBE, el potencial de facturación para la posventa de este parque es de 292 millones de euros (78,5 millones en carrocería y 213 millones en mecánica). Si sólo se cuenta los coches de este grupo afectados por las ZBE, el potencial de facturación es de 34 millones en carrocería y 92 millones en mecánica, siempre según las estimaciones de Solera.

A nivel general, Javier Santos aportó también el dato de que en la actualidad el 57% del valor de una reparación lo aporta el recambio, cuando ese porcentaje hace diez años era del 44%. Además, cada año en España se dan de baja 700.000 vehículos, que no se reparan, van al desguace. Además, ocho de cada diez bajas se ejecutan en vehículos de más de 15 años.

¿Por qué no se reparan en vez de darlos de baja?, se preguntó el experto de Solera, para defender la idea de la oportunidad de negocio que representaría mantener esos vehículos en circulación con piezas recicladas o refabricadas. Y, en un auditorio compuesto en su mayoría por distribuidores, también argumentó la posibilidad de que los recambistas hagan la logística de piezas recicladas y provenientes de desguaces como fuente de ingresos en el futuro.