Qué reparaciones son las más comunes en invierno
Con las bajas temperaturas, la revisión de la batería o del termostato están entre las más demandadas en el taller.
El frío intenso del invierno, generalmente, afecta a algunas piezas y mecanismos del vehículo más que a otros, por lo que en esta época del año hay reparaciones que ven un aumento en su demanda.
Para tener cierta previsión en el taller, Loctite ha publicado un artículo en su blog donde describe una selección de estas revisiones más recurrentes con la bajada de las temperaturas.
En primer lugar, destaca las averías de la batería, que es una de las partes del vehículo que más sufre en invierno debido al frío y a la humedad. Al tratarse de un elemento esencial para el funcionamiento de otros componentes, como el motor de arranque, por ejemplo, cuando no funciona adecuadamente es necesaria su sustitución.
El cambio de los neumáticos es otra operación habitual en esta época del año, ya que las condiciones del asfalto varían con la propia climatología. En particular, los expertos de Loctite resaltan la importancia que tiene para la seguridad que las cubiertas tengan un buen en agarre al circular con lluvia o nieve.
Así, desde la compañía recuerdan que las hendiduras del neumático deben tener una profundidad mínima de 1,6 mm, aunque en invierno se recomienda que sea de 3 mm.
Otro aspecto demandado en invierno en los talleres de reparación son los líquidos del motor. “Las bajas temperaturas pueden provocar que el aceite se vuelva más denso y aumente su viscosidad, lo cual hace que aumente su volumen y no pueda circular de forma fluida por los circuitos”, subrayan desde Loctite.
Por otra parte, también se puede ver afectada la temperatura del motor, por lo que es recomendable revisar el estado del líquido anticongelante.
El termostato es otro de los elementos susceptibles de sufrir averías en invierno, y los técnicos de Loctite destacan dos razones:
- El termostato se queda abierto y el motor no alcanza la temperatura necesaria, lo cual se traduce en síntomas como un menor rendimiento del motor o que salga aire frío del sistema de aire.
- El termostato se queda cerrado y el motor se sobrecalienta. El anticongelante no circula de forma adecuada por el circuito de refrigeración, lo cual da lugar a un aumento de la presión y de la temperatura que puede provocar daños en la junta de la culata y en los elementos internos de motor y culata.
Por último, el artículo señala que, estadísticamente, en invierno aumentan los índices de siniestralidad a causa de la lluvia, la nieve o la niebla, por lo que también crecen las reparaciones de carrocería.
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