Claves para la transformación digital del taller
Los profesionales del establecimiento, la gestión de la información y la comunicación son la clave de este proceso.
El mundo digital invade nuestro día a día. Nuevos hábitos y tendencias que hacen la vida más fácil pero que crean la necesidad de transformas algunos entornos, como es el caso de los talleres de reparación de automóviles.
Por ello, para ser más competitivos en el sector no hay que percibir estos cambios digitales como una amenaza, sino como una oportunidad de negocio, y prepararse para ello, explican desde la compañía CSS en un artículo que publican en su blog.
De esta forma, este sistema se convierte en un medio para ofrecer mejores resultados y obtener óptimos beneficios. Pero, ¿cómo? Adoptando nuevos procesos, rediseñando los antiguos, de acuerdo con los resultados que ofrezcan y, así, afianzar, las ventajas competitivas.
La digitalización no es un objetivo en sí mismo, sino que es el medio para seguir ofreciendo resultados y los beneficios deseados (para sus responsables, trabajadores y clientes).
Información y conocimiento son la materia prima de la transformación digital de una empresa y la clave serán los profesionales del taller, la gestión de la información y la comunicación digital con los clientes.
Así, las personas deben ser el centro del proceso y alinear, según indica el post, los objetivos de los empleados con los de la empresa y sus clientes, desarrollando el talento digital de su capital humano que permitirá una mejor gestión de los recursos y maximizará la capacidad productiva del negocio.
Además, gestionar la información digital permite buscar, recuperar, analizar y compartir datos de forma automatizada para conseguir una empresa inteligente en la que sea más fácil la toma de decisiones. Por ello, se necesitan herramientas informáticas que gestionen todo el volumen de datos de los que se dispone.
Por otro lado, la comunicación digital inteligente busca hacer del cliente parte de su ADN, es decir, estar conectados con los usuarios y establecer una comunicación fluida, bidireccional y transparente.
Por último, los talleres deben convertirse en empresas medibles y monitorizables, apostando por la trazabilidad de los procesos, las tareas y el desempeño de las personas del equipo para obtener un mayor control de los trabajos y organización del taller.
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