El diseño de neumáticos para eléctricos: compuestos de caucho más robustos buscando más agarre, menor resistencia ruido y resistencia
La iniciativa 'Elige calidad, elige confianza’ (ECEC) explica que los fabricantes de neumáticos han tenido que adaptar sus gamas a las nuevas exigencias, diferentes de las del coche de combustión.
El mayor peso de los vehículos eléctricos, con el consecuente aumento de la inercia, implica una mayor distancia de frenado, motivo por el que en el diseño del neumático se debe poner especial énfasis en un agarre optimizado que garantice la seguridad, así lo estima Sernauto, la Asociación Española de Proveedores de Automoción.
“Para muchos, aparentemente, el neumático puede parecer el componente del vehículo que menos afectado puede verse por la electrificación”, señalan desde 'Elige calidad, elige confianza’ (ECEC), iniciativa compuesta por una veintena de fabricantes de componentes de primer nivel adheridos a Sernauto, y que trabajan en pro de la seguridad vial a través del mantenimiento responsable de los vehículos. “Sin embargo, los fabricantes de neumáticos han tenido que adaptar sus gamas de neumáticos a nuevas exigencias, pues el neumático del coche eléctrico debe diseñarse conforme a características específicas que difieren de las del coche de combustión”, explican.
El torque instantáneo, el aumento de peso y la reducción de las emisiones implica una necesidad aún mayor de una resistencia mínima a la rodadura, lo que se traduce en una mayor autonomía eléctrica y una mayor eficiencia, al mismo tiempo que contribuye a la sostenibilidad general del automóvil.
Independientemente de lo rápido o despacio que estemos avanzando hacia el coche eléctrico, lo cierto es que el destino marcado por la Unión Europea es ese, la movilidad electrificada. Fabricantes de vehículos y componentes orientan así, gran parte de sus desarrollos hacia ese futuro electrificado. También, los fabricantes de neumáticos.
El peso de las baterías
El primer factor es el mayor peso del vehículo. Las baterías son muy pesadas y esto supone un incremento que puede llegar a aumentar el peso un 30%, en comparación con el motor de combustión, lo que supone mayor carga para los neumáticos. Esta mayor carga genera una mayor inercia debido al aumento de la masa en movimiento, lo que implica una mayor distancia de frenado, motivo por el que en el diseño del neumático se debe poner especial énfasis en el agarre y que este sea óptimo.
Además de un mayor peso, los neumáticos del vehículo eléctrico tienen que soportar un torque instantáneo -lo que significa que en ellos se entrega la potencia en cuanto pisamos el acelerador, de forma instantánea-, que supone una carga adicional para los neumáticos. Ambos aspectos pueden provocar un desgaste acelerado de los neumáticos, por lo que deben diseñarse con flancos más fuertes y utilizar compuestos de caucho más robustos, que mejoren el rendimiento de frenado, además de proporcionar un mejor agarre.
Esos factores, unidos a la necesaria reducción de las emisiones, se traduce en una necesidad de reducir al mínimo la resistencia mínima a la rodadura, por lo que los neumáticos para coches eléctricos deben orientarse a una conducción más suave, más eficiente desde el punto de vista energético y de bajo impacto.
Asimismo, la resistencia a la rodadura de un neumático -elemento que se muestra en la etiqueta europea actual de los neumáticos- adquiere una importancia aún mayor para los coches eléctricos. Una menor resistencia a la rodadura significa una mayor autonomía eléctrica y una mayor eficiencia, al mismo tiempo que contribuye a la sostenibilidad. En este sentido, las actuales exigencias de los fabricantes de vehículos ya van en esta línea y los modelos de neumáticos que se homologan deben cumplir con estos objetivos.
El último elemento a tener en cuenta sería el ruido de rodadura, elemento que también mide la etiqueta europea del neumático, y que en vehículos eléctricos adquiere una mayor relevancia al eliminarse el ruido de los motores térmicos. Tiene una doble vertiente, el ruido interior que percibe el conductor y que hay que reducir para hacer más cómoda la conducción, así como el ruido exterior que es un factor más medioambiental y que afecta por igual a eléctricos y combustión.
Un correcto mantenimiento, clave para aumentar la durabilidad
Para aumentar la durabilidad de los neumáticos en vehículos eléctricos, el mantenimiento es especialmente importante. Al igual que con otros neumáticos, se debe comprobar la presión de aire con regularidad y ajustarla si es necesario.
La alineación correcta de las ruedas reducirá el desgaste de los neumáticos y esta debería revisarse cada seis meses o antes, si hemos chocado con un bordillo, un bache u otro obstáculo. Un experto puede comprobar el desgaste excesivo, especialmente si es en el borde interior del neumático, y recomendará la alineación o la rotación, si fuera necesario.
A modo de resumen, la electromovilidad ha incorporado nuevas exigencias y cambios en los neumáticos, y los fabricantes han actualizado sus gamas de acuerdo con estas necesidades. En los diferentes puntos de venta y en los talleres de mantenimiento y especialistas podemos encontrar neumáticos que ya incorporan marcajes que nos indican que ese neumático cumple con las prestaciones de robustez, resistencia a la rodadura y ruido del vehículo eléctrico. La recomendación al usuario es preguntar al especialista experto en su taller de confianza, quien dará la oportuna información al cambiar nuestros neumáticos.
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