Unidades de inyección del filtro de partículas Motorservice con calidad de repuestos originales

MS Motorservice ha incluido 14 nuevas unidades de inyección de filtro de partículas con las que vuelve a ampliar su oferta en el ámbito de la reducción de contaminantes. Los nuevos artículos son aptos para su uso en aproximadamente siete millones de vehículos.

Las unidades de inyección son componentes importantes para el proceso de regeneración de los filtros de partículas diésel, pero las altas temperaturas de servicio y los gases de escape agresivos suponen grandes exigencias para los componentes. Este es el motivo por el que los materiales resistentes a la corrosión y a las temperaturas elevadas de los productos Pierburg garantizan una larga vida útil incluso en las condiciones más difíciles. Al fin y al cabo, Pierburg es el fabricante de equipamiento original de una gran cantidad de vehículos modernos.

Durante la combustión en el motor diésel también se generan partículas de hollín, además de otras sustancias nocivas. Estas partículas están formadas por hidrocarburos, a los que se adhieren diversos compuestos, incluidos los hidrocarburos nocivos para la salud. Por eso, las partículas de hollín se filtran y se recogen en el filtro de partículas diésel. A temperaturas de los gases escape superiores a 550 °C, el hollín se quema en dióxido de carbono y vapor de agua, lo que se conoce como "regeneración". No obstante, queda una pequeña cantidad de ceniza incombustible, por lo que el filtro de partículas se debe sustituir después de aproximadamente 200.000 km. Los trayectos cortos frecuentes, los aceites de motor de baja calidad o los componentes defectuosos, como bujías de precalentamiento, válvulas de EGR o sensores, aumentan la acumulación de hollín en el filtro.

El sensor de presión diferencial supervisa el estado de carga para que el filtro de partículas no se obstruya prematuramente ni se dañe como consecuencia. Al alcanzar un determinado límite de carga, el filtro de partículas debe regenerarse de forma activa. Para ello, la unidad de control del motor activa un proceso de combustión libre para alcanzar una temperatura de los gases de escape superior a 550 °C. En determinados estados de funcionamiento y carga, la unidad de inyección inyecta combustible poco antes de que actúe filtro de partículas. El combustible se quema con el oxígeno residual de los gases de escape y el calor resultante calienta más el filtro de partículas. Dependiendo del vehículo y de las condiciones de conducción, la combustión libre activa se produce aproximadamente cada 400-600 km y dura unos 10 minutos. El rendimiento del motor no se ve afectado por ello. La combustión libre también puede iniciarse mediante un comprobador de motores en el taller.