¿Qué tipo de baterías son las más comunes en un taller?
Electromecánica
Las de celdas húmedas, las de calcio o las de ciclo profundo son algunas de ellas.
La batería es un acumulador de energía que sirve de fuente de alimentación y facilita la corriente eléctrica que un vehículo requiere para ponerlo en funcionamiento. Aunque este dispositivo se recarga de forma automática con el propio motor del coche, su vida es limitada y pasado un tiempo debe sustituirse.
Pero no todas las baterías son iguales, ya que cada una se adapta a determinadas circunstancias o vehículos. Así, SPG Talleres publica un post en el que indica los cinco tipos de baterías más comunes en un centro mecánico.
En primer lugar, destaca la batería de celdas húmedas como las más habituales por ser muy económicas (entre 40 y 100 euros, según el amperaje y la marca) y necesitar poco mantenimiento. Estas funcionan gracias a unas placas de plomo, una negativa y una positiva, suspendidas en ácido sulfúrico.
Junto a ellas están las baterías de calcio (80€), aunque se diferencian en que estas placas están hechas con una aleación de calcio, lo que evita la corrosión y salva hasta un 80% más de fluido. Como consecuencia poseen una vida útil más larga, aunque se pueden dañar si se sobrecargan.
Entre 80 y 200 euros cuestan las baterías VRLA (Valve Regulated Lead Acid), las cuales tienen válvulas de seguridad que se encuentran presurizadas dentro de la caja de la batería, así no pueden perder líquidos porque el gas está presurizado en estado líquido.
En este caso, existen dos diseños. Por un lado, las baterías de Gel, que cuestan entre 80 y 200 euros y usan silicona para solidificar el ácido. No obstante, no son las más adecuadas para un motor de arranque, tal y como señalan en el post. Por otro lado, están las AGM (entre los 40 y los 250 euros), conocidas como “secas”. Estas utilizan un separador de fibra de vidrio para mantener el electrolito en su sitio, lo que hace que la resistencia interna sea muy baja. Sin embargo, ofrecen buena potencia.
A continuación, SPG explica que las baterías de ciclo profundo (a partir de 150 euros) son las que tienen mayor capacidad de proporcionar energía durante un periodo de tiempo más largo por tener las placas más gruesas. Aunque estas no son las más frecuentes en los coches debido al alto ratio de descarga, sí lo son en coches eléctricos y otro tipo de vehículos que hagan un alto uso de la energía eléctrica.
Por último, están las baterías de Iones de Litio (Li-Ion), parecidas a las que poseen móviles, pero de mayor tamaño. Estas permiten una gran autonomía a los vehículos, pese a que su rendimiento en temperaturas bajas es menor.
Estos dispositivos son habituales en coches eléctricos, de edición limitada o de alta gama por su elevado precio (a partir de 800 euros).
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