Claves para saber cuándo sustituir el freno de tambor
Su deterioro puede desestabilizar la frenada en el eje trasero y suponer la pérdida del control del vehículo.
Nacido a principios del siglo XX, el freno de tambor es el elemento encargado de garantizar la eficacia y la estabilidad del freno en el eje trasero.
Su correcto funcionamiento es fundamental, así como sus componentes, ya que un fallo en uno de los cilindros puede desencadenar en un fallo general del sistema de frenos y una pérdida del control del vehículo.
Puesto que se trata de una parte del coche de vital importancia para disfrutar de una conducción segura, ‘Elige Calidad, elige confianza’ dedica su 10ª entrega de ‘Una historia basada en hechos reales’ a informar a los usuarios sobre cómo realizar el correcto mantenimiento del freno de tambor, así como a saber identificar los síntomas de desgaste.
En este sentido, ECEC explica los posibles síntomas que indican un deterioro en el freno de tambor, que haría obligatorio pasar por el taller. Entre ellos, destaca que el tambor no debe estar oxidado ni deformado, ni presentar grietas, surcos o rayas, ni superar el diámetro interno máximo recomendado por el fabricante.
Además, notar que la carrera del pedal de freno es más larga de lo habitual, es indicio de fugas o agarrotamiento en uno o los dos cilindros de rueda o avería en el ajustador automático.
Oír un chillido en la parte trasera del vehículo significa que el forro de la zapata se ha desgastado, haciendo que el metal roce con el tambor, lo que provoca ruido y defecto en la frenada.
Del mismo modo, si al frenar se experimenta un desvío en la trayectoria de la frenada, quiere decir que uno de los frenos del eje no está funcionando correctamente.
En cuanto a la sustitución del freno de tambor, ECEC aconseja sustituir todos los componentes al mismo tiempo, para favorecer un correcto acople de las piezas y evitar, así, averías constantes en el sistema de frenado.
Precisamente por eso, los fabricantes de recambios ofrecen el kit trasero completo, que incluye todos los componentes necesarios para la reparación en el taller de confianza.
Respecto al mantenimiento, Elige calidad recuerda que un kit de freno trasero tiene una vida útil de 80.000 km, y conviene revisarlo cada 30.000 km en el taller.
Una vez cambiado el kit de freno, ECEC recomienda hacer un rodaje de entre 200 km y 500 km y no pasar la ITV hasta no haber realizado dicho rodaje, ya que “la falta de adaptación no permite una frenada eficaz y compensada”.
Por último, la iniciativa de los principales fabricantes de recambios recuerda a los conductores que el material de fricción de las zapatas debe cumplir con el reglamento ECR90 de la Unión Europea, algo que solo pueden garantizar marcas de calidad y confianza.
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