Toyota Motor Europe (TME) ha anunciado la constitución de Toyota Circular Factory (TCF) para procesar minuciosa y sistemáticamente vehículos al final de su vida útil y así maximizar los beneficios medioambientales de reciclar, readaptación y transformación. De este modo, la marca asiática se apunta al reciclaje y recuperación de piezas, siguiendo los pasos de otras marcas como Stellantis y Renault, que ya lo hacen desde hace un tiempo.
La primera operación, establecida en la planta de Toyota Motor Manufacturing UK (TMUK) en Burnaston (Reino Unido, empezará a funcionar durante el tercer trimestre de este año, y aspira a convertirse en el centro de excelencia para futuras operaciones de reciclaje en Europa y en el resto del mundo. Esta iniciativa compartirá espacio con la actividad principal de la fábrica de TMUK en Burnaston, de producción de vehículos Toyota Corolla.
El procesamiento de vehículos al final de su vida útil se desglosará en torno a tres áreas clave: componentes reutilizables, productos básicos que se pueden transformar y materiales que se pueden reciclar. Tras seguir un exhaustivo proceso de validación, los componentes reutilizables se volverán a comercializar a través de concesionarios o distribuidores de piezas. Por otra parte, se valorará el potencial de transformación, readaptación o reciclaje de productos básicos como baterías y llantas.
Por último, Toyota se propone reciclar materias primas como cobre, aluminio, acero y plástico. Estos materiales reciclados se utilizarán en lugar de materiales vírgenes, en la medida de lo posible, en la producción de componentes nuevos para nuevos vehículos.
“Inicialmente prevemos reciclar alrededor de 10.000 vehículos al año en nuestra planta del Reino Unido, lo que nos permitirá dar una nueva vida a 120. 000 componentes, recuperar 300 toneladas de plástico de gran pureza y 8.200 toneladas de acero, entre otros materiales", calcula Leon Van der Merwe, vicepresidente de economía circular de Toyota Motor Europe.
"Como nuevo paso para el concepto de Toyota Circular Factory, tenemos previsto desplegar operaciones similares en toda Europa y no nos conformamos con nuestras propias instalaciones, sino que queremos colaborar con otras organizaciones que compartan nuestra pasión por la circularidad y el compromiso con la neutralidad en carbono”, vaticina Van der Merwe.
Reduciendo el impacto medioambiental
Con esta iniciativa, Toyota aspira a reducir sustancialmente el impacto medioambiental futuro asociado con la fabricación de vehículos y subcomponentes. Este proyecto no sólo se alinea con los objetivos globales y europeos de sostenibilidad de la compañía, sino que también supone un nuevo referente de reciclaje y reutilización de materiales en el sector. Toyota Motor Europe se compromete a alcanzar la plena neutralidad en carbono para 2040, y a que sus propias instalaciones sean neutras en carbono en 2030. En 2035, Toyota tiene previsto eliminar al completo las emisiones de CO2 en toda su gama europea de productos.