¿Qué características posee la pintura metalizada?
Para aplicarla correctamente hay que fijarse en el proceso de igualación, ya que estos colores pueden cambiar de apariencia.
La pintura metalizada es una de las opciones preferidas por los clientes para personalizar sus vehículos. Esta variedad, que aumentó hace unos años con la llegada de los esmaltes acrílicos bicapa, es una sustancia de textura líquida, que integra en su composición una serie de pequeñas partículas brillantes que ofrecen un efecto de color, reflejo o brillo determinados. Además, realza las líneas del vehículo y confiere mayor vistosidad, explican desde Loctite en un post que publican en su blog
Este tipo de pinturas metalizadas son de base acrílica y deben ser aplicadas con un sistema bicapa o tricapa, es decir, un barniz o laca que proteja y selle la superficie y realce el efecto metalizado.
Existen diferentes tipos de partículas en la composición: metalizadas, perladas y especiales. Las más comunes son las primeras; se trata de pequeñas láminas de diferentes tamaños (finos, medios y gruesos), formas (irregulares o lenticulares) y tonos (plateado o dorado), que reflejan la luz como si fueran un espejo y ofrecen un efecto metálico brillante.
En cuanto a las perladas, son pequeñas escamas de mica de diferente tamaño que dan un brillo opalino como el del nácar (entre blanco y azulado con reflejos irisados), gracias a que se recubren con óxidos metálicos. También se mezclan con pigmentos traslúcidos, por lo que presentan una opacidad muy baja y hace que sea imposible aplicarlos directamente sobre la superficie sin haberlos mezclado antes con un color liso o metalizado, indican en el artículo.
Por su lado, las partículas especiales son pigmentos colorstream (colores camaleón o ‘flip-flop’), formados por láminas de dióxido de silicio recubiertas con óxido metálico, que reflejan distintos colores o tonalidades con efectos policromáticos o multicolor con los que el tono percibido varía según el ángulo desde el que se observa el vehículo.
Asimismo, los pigmentos eléctricos consiguen un efecto cristalino (Xirallic) que aporta transparencia y destellos coloreados. En este caso, las partículas son de óxido de aluminio con recubrimiento de óxidos metálicos. Además, dependiendo del recubrimiento que reciba su núcleo y del espesor del mismo, se pueden conseguir ciertos efectos: con dióxido de titanio se obtienen efectos plata, oro, azul, rojo y verde, y con óxido de hierro, efectos bronce o cobre.
Para aplicar de forma adecuada estas pinturas, hay que prestar atención al proceso de igualación, ya que estos colores pueden cambiar de apariencia como consecuencia de distintos factores. Así, por ejemplo, la tonalidad del color del fabricante de pintura puede que no concuerde totalmente con la original del coche. Por lo que se debe modificar el color o recurrir a técnicas de difuminado.
En otras ocasiones, el pintado se puede haber realizado en condiciones inadecuadas y la humedad, temperatura u otros pueden modificar la claridad del color con partículas metálicas.
A esto se suma que no se hayan aplicado técnicas adecuadas, lo que provoca cambios de tonalidad, mala distribución y alineación de las partículas, o los fondos estipulados por el fabricante (en colores rojos perlados, colores candy y colores efecto camaleón es necesario).
Incluso, se puede haber olvidado dar una última mano a mayor distancia y con menor presión para igualar el color y evitar los sombreados propios de los colores metalizados.
Novedades destacadas
También te puede interesar