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Cómo aplicar correctamente la masilla

La mezcla previa es tan importante como el alisado y el lijado.

Redacción Infotaller

19 de septiembre 2018 - 16:35

Masillas para metal, cuál usar según el tipo de reparación
Las masillas son un excelente soporte para las pinturas de fondo / Redacción Infotaller

Cada día, utilizamos masillas para igualar, rellenar y nivelar una superficie que previamente ha sido reparada o modificada antes de proceder a su pintado. Son además un excelente soporte para las pinturas de fondo que se aplican posteriormente.

Claro está, aplicar una masilla correctamente es garantía de que la superficie en cuestión estará perfectamente preparada para su posterior pintado. Ahora bien, ¿cómo estar seguros de que la aplicamos como se debe? Siguiendo estos pasos que nos proporciona Loctite Teroson en su blog para los profesionales del taller Ruta 401:

  • Mezclar bien la masilla. La masilla de dos componentes se mezcla con un catalizador formado a base de peróxido de benzoilo. La proporción del catalizador oscila entre un 2 y un 3 %, para que el profesional del taller pueda añadir un poco más cuando la temperatura es baja y menor cantidad cuando es elevada. Sobrepasar ese porcentaje de catalizador hace que la vida útil de la mezcla se reduzca y que queden restos del mismo en la masilla. Es fundamental que la mezcla obtenida entre la masilla y el catalizador sea totalmente homogénea.
  • Primera capa. Una vez preparado y limpio el soporte correspondiente, se aplica una primera capa dentro de los límites del parche, inclinando la espátula unos 60º y ejerciendo presión. De esta forma se evita la formación de bolsas de aire que podrían provocar rechupados.
  • Relleno. Se aplica una segunda capa de relleno que sobrepase ligeramente los límites del parche. En esta se reduce el ángulo de la espátula a 30º, y la presión. De este modo se consigue poner bastante masilla para el posterior alisado y lijado.
  • Alisado. En una tercera pasada, sin masilla en la espátula, se rebajan los bordes y escalones de la masilla para alisarla y facilitar el posterior lijado. Para ello, hay que poner la espátula casi plana y efectuar pasadas muy suaves.
  • Lijado. El lijado de la masilla se debe efectuar siguiendo una técnica específica que permita la integración del parche en el resto de la pieza para reducir las aguas y evitar los rechupados.
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