El taller de vehículo industrial ante el reto del cambio en automoción
Necesidad de prestar asistencia técnica a vehículos nuevos y diferentes, sin dejar de reparar al parque rodante, adaptación de instalaciones y herramientas, físicas y digitales, formación, adecuación a normas legales más numerosas y exigentes, así como el servicio al cliente son algunas de las transformaciones a las que se enfrenta el sector.
Un año más, comienzo estas líneas agradeciendo la oportunidad de participar en el Manual del Vehículo Industrial de Infocap. Es para Conepa una satisfacción poder comunicarse con los profesionales de este sector especialista de manera directa por esta vía e incidir en el mensaje de que las asociaciones de talleres tenemos muy en cuenta las peculiaridades y las preocupaciones específicas del colectivo.
Permitidme, además, que destaque el punto común en el que todos, absolutamente todos los que trabajamos en talleres de reparación y mantenimiento de vehículos, independientemente de su tamaño, de su especialidad, de su vinculación comercial con terceros (fabricantes de vehículos, de componentes, redes, etc.) confluimos: el momento de cambio tecnológico en el vehículo, cualquiera que sea su tamaño y su número de ruedas.
TRANSFORMACIONES
Aunque parezca una obviedad, permitidme también que incida en las transformaciones que implica ese cambio para todos: necesidad de prestar asistencia técnica a vehículos nuevos y diferentes (sin dejar de prestar ese mismo servicio al parque rodante), adecuación de instalaciones y herramientas, físicas y digitales, formación para los profesionales que tienen que repararlos, adecuación a normas legales cada día más numerosas, exigentes y no siempre dotadas de coherencia… Y, deliberadamente, he dejado aparte el concepto de servicio al cliente, pues, en este caso, los talleres de vehículo industrial y los de turismo sí que tienen características diferenciadas, marcadas por el fin profesional al que se destina ese vehículo.
Entre todos los temas de los que se pueden hablar relacionados con esos procesos de cambio en la sociedad actual y en cómo repercuten en nuestro sector, me voy a referir específicamente a la transformación de los comportamientos del consumidor y, especialmente, el aumento de compras vía electrónica.
La distribución del material necesita cada día más del universo de empresas de servicios al transporte, que cada vez ha de ser más rápido, seguro y eficiente. Algo que se ha de apoyar en servicios de posventa con esos mismos adjetivos, a los que habría que añadir el componente de cuidado del medio ambiente, con todo lo que conlleva en cuanto a la necesidad de dotarse de vehículos más respetuosos con el entorno, algo especialmente complicado dadas las características de los automóviles destinados al transporte de mercancías y de personas colectivamente.
DIGITALIZACIÓN
Y, antes de terminar, permitidme que haga una referencia al tema de moda: la digitalización en el taller, entendida como respuesta a esa necesidad de amoldarse a los nuevos requerimientos que marcan las relaciones con clientes y proveedores, y también con las propias administraciones públicas. En ese sentido, y es un buen argumento para hacer perder el miedo al proceso de cambio, los talleres de V.I. llevan años digitalizándose: son ejemplos de ello la integración cada vez mayor de sus sistemas de gestión con diferentes aplicaciones, la progresiva adquisición de material vía online o la creciente relación con los clientes mediante herramientas electrónicas, como correo electrónico, Whatsapp y otras redes sociales, sin olvidar tampoco el acceso a las herramientas digitales de acceso a la información técnica o los propios procesos de diagnosis de averías.
Artículo publicado en el Manual del Taller de V.I. 2022 de Infocap
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