Un futuro difícil de predecir para el taller de V.I., por Antonio Atiénzar (Cetraa)
Este año entran en juego multitud de factores, de forma que las previsiones tienen más de bola de cristal que de ecuación matemática. Un parque mayoritario de camiones de más de ocho años o la no renovación de las grandes flotas son algunos factores que han hecho que la facturación en 2022 haya sido buena, pero no así la rentabilidad.
Si hay un año especialmente complicado desde la pandemia para hacer estimaciones sobre el futuro del sector del V.I. diría que es este. El gran número de factores que entran este año en juego hace que las previsiones tengan más de bola de cristal que de ecuación matemática. Cuando analizamos la facturación del segundo semestre del año pasado pensábamos que la tendencia sería parecida o incluso mejor, pero, sin significar que se vaya a registrar un año malo, lo cierto es que los resultados no serán tan boyantes como cabía esperar.
La facturación a lo largo del año ha sido buena, pero no ha ido en línea con los que ha sido la rentabilidad, ya que se han asumido sobrecostes que han aparecido y no se han trasladado al cliente. Esto se debe a que no se han vendido muchas unidades de camión. Y aquellas que se han vendido han visto cómo su entrega se alargaba sensiblemente. El resultado es que actualmente el parque de camiones está compuesto en gran medida por vehículos de ocho años o más que sí han tenido que entrar al taller, bien para mantenimiento, bien directamente para operaciones de reparación. Si a esto añadimos el hecho de que se ha podido contar con financiación para préstamos y para reparaciones, el resultado es, como decía, relativamente satisfactorio.
GRANDES FLOTAS
Además, las grandes flotas no han realizado el natural cambio generacional de camiones. Este es el perfil habitual de vehículo para el autónomo: estamos hablando de camiones con unos 800.000 km y en buen estado, que son económicamente accesibles para su presupuesto y altamente rentables para los talleres. Por otra parte, no cabe duda de que la actual subida de intereses afectará de una u otra forma y deja en el aire el tema de los mantenimientos.
En el último trimestre de 2022 se ha notado igualmente el hecho de que muchos profesionales del transporte autónomos han decidido no trabajar a fin de no sobrepasar el máximo de su sistema de módulos, con lo que evitan tener que pasar al sistema de estimación directa. Los gastos relacionados con el transporte se han disparado, pero el importe de los portes se ha mantenido y, si bien las bonificaciones suponen un alivio, no se sabe si éstas van a mantenerse. La guerra también es un elemento a tener en cuenta, ya que está repercutiendo en el sector. Por lo tanto, es fácil suponer que en la crisis que asoma la mayoría salga perjudicada, aunque haya sectores que sigan subiendo como el del transporte de alimentación.
Visto lo visto, una buena opción para contrarrestar esta situación es la de atraer al taller a los camiones de 3.500 Kg. No olvidemos el importante incremento del transporte de la paquetería y que puede resultar una oportunidad si desde las instituciones se sigue buscando la reducción de gases emitidos. Cierto es que muchos de los vehículos que recorren “la última milla” son eléctricos, pero con respecto a los transportes de larga distancia, no está previsto que la situación cambie.
FALTA DE PROFESIONALES
Otro obstáculo con el que nos hemos encontrado es el de la falta de profesionales. El problema, que ya se está experimentando en los talleres, va para largo. Para intentar paliar la situación, desde Cetraa hemos puesta en marcha la iniciativa “FP de Automoción, tu apuesta segura”. Se trata de un proyecto para incentivar a los jóvenes a convertirse en profesionales de los talleres, una categoría laboral afectada por viejos clichés, pero que actualmente representa una opción muy atractiva para los estudiantes. Esto se une a la labor de Cetraa de los últimos años para modificar y adecuar los módulos formativos de FP a las exigencias actuales y potenciar la formación dual con el fin de obtener profesionales mejor preparados.
No quisiera dejar de mencionar un tema recurrente: el de los talleres ilegales. Es cierto que los talleres clandestinos cada vez tienen su actividad más acotada teniendo en cuenta las nuevas tecnologías incorporadas en los vehículos y que no tienen medios para reparar. Sin embargo, como en las anteriores crisis, estas instalaciones tienden a proliferar en los momentos económicos más complicados. Los agentes e instituciones responsables de su erradicación tendrán que redoblar esfuerzos y estar especialmente vigilantes para no dar un paso atrás en el trabajo hecho.
Por último, el asunto de la digitalización de los talleres, del que tanto se ha hablado últimamente, no puede quedarse en el tintero. A menudo se trata de la asignatura pendiente de los talleres. Sin embargo, es obligada para la comunicación tanto con el cliente como con el potencial cliente. Las redes sociales y la presencia online en general para fidelizar y conseguir visibilidad son esenciales hoy en día para destacar frente a la competencia.
En los próximos tiempos es probable que tengamos que trabajar más para obtener una rentabilidad menor. Insisto en lo que ya he comentado numerosas veces: ya no basta con saber hacer nuestro trabajo, hay que aprender a ser empresa. Se avecina un futuro dudoso y debemos ser más eficientes como empresarios para que nuestra empresa sea más rentable, o bien tener a alguien que nos guíe y nos ayude en esta cuestión.
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