Luces, frenos... ¡acción!
Mantener la seguridad vial es el principal objetivo de la ITV, pero los datos indican que está lejos de cumplirse. Fallos en las luces o los frenos son algunas de las razones por las que muchos vehículos industriales no pasan la inspección a la primera. Un problema ante el que los talleres están empezando a reaccionar.
Los últimos datos de la ITV son alarmantes: uno de cada tres vehículos comerciales no completa este trámite a la primera. Se trata de una tasa muy elevada, sobre todo teniendo en cuenta cómo afecta a la rentabilidad de un negocio tener un vehículo parado a la espera de pasar una segunda inspección. Con todo, lo peor tiene que ver con la falta de seguridad en este segmento del parque que desvelan estos datos.
Lo cierto es que, en muchas ocasiones, conseguir pasar la ITV a la primera sería tan sencillo como haber realizado una visita corta a un taller antes de acudir a la inspección. Algunos talleres ya han tomado cartas en el asunto y ofrecen servicios rápidos especializados que permitan solucionar rápidamente cualquier incidencia antes de ir a la estación.
POR QUÉ FALLAN EN LA ITV
Si se echa un vistazo más de cerca a los datos de la ITV, los talleres pueden encontrar pistas muy interesantes sobre el estado de mantenimiento del parque de vehículos industriales.
Concretamente, es el 34,5% (1.773.299 vehículos) de los más de 5,14 millones de camiones, autobuses, remolques y semirremolques y vehículos agrícolas el que no supera la ITV a la primera, según los últimos datos disponibles del Ministerio de Industria. Un problema que se agudiza en el caso de los camiones, independientemente de su peso: los suspensos en primera inspección alcanzan el 36,1%.
Si se comparan los datos con los del resto de vehículos, se observa el grave problema que supone el mantenimiento deficiente de los V.I. Este segmento representa el 24,8% de los vehículos que pasaron por la ITV en 2018 y, sin embargo, presenta el 34,5% de los defectos detectados (9,1 millones de los 27,2 millones defectos totales). Además, el 36,9% de los considerados como graves pertenecían al segmento de vehículos comerciales. Es decir: casi dos de cada cinco defectos graves detectados en primera visita en ITV los presenta un V.I.
¿Y cuáles son los fallos graves más habituales? Resulta que el sistema que más defectos de este tipo acumuló fue el de alumbrado y señalización, concretamente el 23,1% (715.689 en total). Le siguen los frenos, con el 19,4% de los problemas graves. Por su parte, el 17% afectó a ejes, ruedas, neumáticos y suspensión.
Estas cifras desvelan algunas conclusiones que pueden servir a los talleres. Por un lado, que la mayor parte de los defectos graves que evitan que un V.I. pase la ITV a la primera son fácilmente subsanables. Por el otro, que un elevado porcentaje de los vehículos comerciales se ve paralizado en algún momento por no conseguir superar la inspección. Dos factores que, unidos, pueden significar una atractiva oportunidad de negocio para los establecimientos de reparación.
AUMENTAR LA PRODUCTIVIDAD
Reducir al mínimo las inmovilizaciones de los vehículos es el santo grial de los gestores de flotas. Es la mejor manera que tienen de aumentar la productividad de sus vehículos. Un objetivo con el que pueden colaborar los talleres gracias a la oferta de revisiones preventivas y pre-ITV.
Así lo ha visto la empresa R1 Gama para sus servicios de posventa. Con sedes en Granada, Murcia, Alicante y Almería, este concesionario ofrece a sus clientes un servicio de mecánica rápida denominado R1 Prix. Permite a los camiones acudir sin cita previa y facilita la realización de reparaciones de corta duración en el momento.
A través de R1 Prix, el taller promete un tiempo de espera máximo para comenzar la reparación de 30 minutos desde la apertura de la orden de trabajo. También permite conocer por anticipado el coste de la reparación y ofrece disponibilidad total tanto de recambios como de mano de obra.
Entre los servicios que ofrece este concepto se encuentran mantenimientos periódicos, revisiones pre-ITV y tomas de presión para la inspección, pulido de faros, cambios de componentes como correas y tensores, líquidos, pastillas de freno o baterías, tarjetas de tacógrafo y tratamientos para motores diésel de última generación.
El taller se adapta así a las necesidades específicas de los transportistas, que suelen requerir de una amplia disponibilidad y flexibilidad para solucionar averías y realizar mantenimientos en el momento más adecuado. La oferta de un servicio rápido y sin cita previa anima a los clientes a acudir a sus instalaciones para evitar inmovilizaciones inesperadas, incluidas las de una ITV fallida por algo tan sencillo como el alumbrado o los frenos.
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