¿Qué puede fallar en el sistema ESP?
Las averías suelen estar provocadas por fallos en sensores o en el módulo electrónico del sistema.
El control electrónico de estabilidad (ESP) tiene un uso simple y depende poco del conductor. Quizá por eso, no necesita demasiados cuidados especiales o revisiones.
Los problemas en el funcionamiento del ESP se relacionan con fallos en algún sensor. Si esto ocurre, el ABS también dejará de funcionar. En ese caso, aparecerá una advertencia en el panel de instrumentos o un mensaje en el ordenador de a bordo.
Los defectos en el ESP pueden tener tres orígenes. Uno de los más comunes es la acumulación en el sistema de suciedad proveniente de las pastillas de freno. En ese caso, basta con una limpieza para resolver el problema.
Otra causa de fallo son los sensores de rueda o el del pedal de freno. En el primer caso, el polvo, el barro o restos de alguna rama u hojarasca pueden cegar el sensor, aunque basta con quitarlos para que vuelva a funcionar normalmente. En el segundo se puede desconectar y limpiar con cuidado el sensor, aplicando un producto limpia-contactos sobre la conexión.
La tercera posibilidad es un fallo en el módulo electrónico del sistema, provocado por variaciones de tensión en la parte eléctrica o por un accidente. El dispositivo defectuoso se puede reparar, pero lo ideal es comprar uno nuevo.
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