Cuánto sufren los neumáticos antes de salir al mercado
Los centros de innovación los someten a duras pruebas para ver cómo responden en condiciones extremas.
Los neumáticos, ¿qué sería un coche sin ellos? No entenderíamos el transporte de hoy en día sin las ruedas. Pero, evidentemente, estos elementos han sufrido una gran evolución en los últimos años. Tanto que se han convertido en objeto de los más avanzados proyectos de I+D de los grandes fabricantes mundiales.
Su composición, dureza, elasticidad y resistencia son características que aportan seguridad a la conducción de los vehículos, motivo por el cual es uno de los objetivos de la alta tecnología del sector automovilístico.
Pese a parecer un mecanismo sencillo, un neumático debe pasar por una serie de procesos y prototipos hasta llegar al resultado buscado y presentarse en el mercado.
Para poner a prueba los prototipos, los fabricantes poseen centros tecnológicos donde someten los neumáticos a diferentes condiciones para ver cómo responden en un entorno controlado bajo las condiciones que los investigadores decidan (tierra, hielo, asfalto…) y poder comparar resultados.
Tras haber definido las necesidades que deben cubrir los neumáticos, se fabrican los prototipos y se evalúa su viabilidad industrial.
En ese momento, entran en escena los centros de experiencia, como el Cema (Centro de Experiencias de Michelin en Almería), en el cabo de Gata, el de Ivalo, en Finlandia, o el de Ladoux, en Francia, todo ellos pertenecientes a Michelin.
Allí los neumáticos se someten a condiciones extremas de trabajo en máquinas de rodaje que funcionan de forma continua. Cada prototipo llega a rodar unas 200 horas ininterrumpidamente.
Con ello, se puede analizar la respuesta de las distintas capas que los componen, realizando comprobaciones con rayos láser y ultrasonidos que indican si existe algún problema.
Gracias a vehículos automatizados que ruedan por las pistas de los centros, a veces 24 horas seguidas, se controla, por ejemplo, la resistencia a la carga, al calentamiento o al desgaste.
Dependiendo del vehículo al que vaya destinado la rueda, se emplean diferentes pistas. Por ejemplo, para comprobar los efectos de las altas temperaturas, se escogerá una larga, llana y recta donde alcanzar una elevada velocidad.
En cambio, si lo que se analiza es la estructura interna del neumático, se usa una pista corta, con muchas curvas y maniobras que realizar.
Por último, tras las pruebas y los cambios en la composición o dibujo de los neumáticos, se pasa a la homologación de los mismos.
El desarrollo de un nuevo neumático de turismo puede tardar varios años. Y, por supuesto, debe estar adaptado a la normativa medioambiental y de ruidos de cada uno de los mercados en los que se homologue.
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