Era quizá uno de los momentos más esperado del XXXIII Congreso de Ancera y no defraudó. Carmelo Pinto, fundador y muchos años gerente del Grupo Serca, con su reciente jubilación, recibió la Insignia de Oro de la asociación, decisión adoptada de forma unánime por todos los integrantes de su junta directiva.

El “burgalés que marchó y se estableció en Barcelona”, como le presentó su amigo Antonio López, director general de Reynasa y encargado de la entrega de la insignia a Carmelo Pinto, junto con el resto de integrantes de la junta directiva de Ancera, se emocionó con la distinción, “una alegría que no me esperaba”, pero sobre todo al recordar, en su discurso de agradecimiento, a su mujer Raquel (a la que conoció en Serca) y a sus dos hijos, Eric e Irena, “que me han hecho mejor persona”.

Carmelo Pinto agradeció a Ancera, a los socios y equipo directivo de Serca, a los proveedores y a la prensa especializada por todas las experiencias vividas y animó a la seguir luchando juntos para tener futuro, bajo la guía de Ancera, y “seguir siendo los que más recambios vendemos”.