Reparaciones y Can Bus, cuando la OBD no es suficiente

La electrónica ha acabado por inundar el sector de la automoción. Sistemas de vídeo, cámaras, sensores, frenos automáticos, audio, navegación. Todos apuntan a un tipo de reparación en el taller nueva, basada en una mayor formación del profesional.

Los sistemas CAN Bus del automóvil son los que han permitido que se pongan en marcha gran parte de las novedades tecnológicas que incorporan los coches. Se trata de unos medios interconectados, que permiten a cada sistema del vehículo tener su propia red (con varios metros de cableado), y conectarse con un ordenador central que controla cada determinado aspecto del vehículo (sistemas de frenos, dirección, lunas, combustible).

A diferencia de las averías que se registran con el ordenador del vehículo (fácilmente detectables con el sistema de diagnosis OBD), detectar un problema derivado del CAN Bus no es tan simple. Hay centralitas específicas y, además de saber qué causa el problema, hay que conocer dónde está el módulo afectado (sistema de aire acondicionado, control de estabilidad del vehículo, salida de carril o control de crucero adaptable, entre otros).

Desde el blog de Iberisa, por su parte, se recomienda hacer un hacer una copia de seguridad de todo el sistema para estar seguros de no perder la programación previa.

A la hora de afrontar una reparación en la que esté implicado el sistema CAN Bus es necesario tener en cuenta que se trata de un medio que transmite información digital, binaria. Por ello la máquina de diagnosis tradicional no es suficiente para detectar los errores. Para comprobarlo, el profesional deberá disponer de un osciloscopio, un aparato que permite ver la señal de las ondas de la línea Can Bus, no únicamente su voltaje. Por lo tanto, permite detectar irregularidades en la información que se transmite de un sistema a otro y así detectar de dónde procede el error y afrontar su reparación.